M. H. Shahriar

La florista

¡Oh vendedora de llores! Linda chica que proclamas

todo el tiempo, como los ruiseñores primaverales.

Te ves suave y ligera en esa ropa floreada y de oro,

te deslizas como una mariposa de entre flores.

Realmente eres su compañera, ¡oh la del pelo violeta!

Tu semblante tímido, tiene la serenidad de la flor.

La flor es infiel, no la adores tanto como yo

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