Cristo y el cántaro de agua

Cristo y el cántaro de agua

Jesús bebió el agua de un riachuelo límpido cuyo gusto era más agradable que el del agua de rosa. Por su parte, alguien llenó su cántaro de esta agua y se retiró. Jesús bebió entonces un trago del agua de este cántaro y continuó su camino; pero esta vez encontró amarga el agua y se paró asombrado. "Dios mío -dijo-, el agua del riachuelo y el agua del cántaro son iguales; descúbreme, pues, el misterio de esta diferencia de gusto. ¿Por qué el agua del cántaro es tan amarga y la otra más dulce que la miel?" El cántaro entonces dejó oír estas palabras a Jesús: "Yo soy un viejo -le dijo-. He sido trabajado mil vecesbajo el firmamento de las nueve cúpulas. Por más que me trabajaran aún de mil formas, siempre tendría en mí la amargura de la muerte. Esta existe en mí de tal forma que el agua que contengo no podría ser dulce".

¡Oh hombre despreocupado! penetra al fin el misterio de este cántaro y no te vuelvas en adelante cántaro por negligencia. Tú te has perdido a ti mismo, ¡oh tú que buscas el misterio! Intenta descubrirlo antes de que la vida te sea arrebatada; pues si estando vivo no lo encuentras por ti mismo, ¿cómo conocerás cuando mueras el secreto de tu existencia? Durante la vida, no puedes conocerte y, a tu muerte, no hay huella de tu existencia. Vivo, te has quedado detrás; muerto, te has perdido. Has

participado en la vida de los hombres y, sin embargo, verdaderamente no eres un hombre. Millares de velos cubren los ojos de este derviche: ¿cómo, pues, se encontrará a él mismo?

 

El Lenguaje de los Pájaros, Farid Uddin Attar, Traducción: Josefa García, Edita: Edicomunicación, Barcelona

Tipo de poesía: 
Tipo de texto: 
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