La Poética y la Estética en la tradición persa (Primera parte)

La Poética y la Estética en la tradición persa (Primera parte)

Un viajero victoriano señaló una vez que Persia es un país donde la gente camina sobre alfombras de seda y habla el lenguaje de la poesía.En la misma vena romántica, Irán ha sido llamado «la tierra de la rosa y el ruiseñor», símbolos estos, desde luego, de los arquetipos de «la Amada y el Amante», o de «la Belleza y el Amor», o, se podría decir, de «la Estética y la Poética» si interpretamos que en la literatura persa el símbolo de la rosa se refiere a la Estética y el de ruiseñor a la Poética.Como si continuaran la pasión del ruiseñor por la Rosa,los poetas sufíes persas se declaraban amantes de la Bellezay todos sus poemas no eran otra cosa que canciones e himnosen alabanza de dicha Amada Trascendental.Como escribe Hafez:

No soy yo el único

que da serenatas a la belleza

de las damas de mejillas de rosa.

Todo en derredor

hay un millar de ruiseñores

que el mismo himno entonan.

(Hafez, ghazal 190, v.6.)

Las líneas iniciales de otro ghazal de Hafez expresan el eterno mensaje del poeta persa, la perpetua llamada de la Belleza al rapto, que comunica el idilio constante del ruiseñor con la rosa; así como el proyecto estético en curso del poeta místico, de percibir toda la belleza temporal como un rayo del

Esplendor divino:

Las rosas rojas han florecido

los ruiseñores están del todo ebrios.

Por doquier, el clamor y el grito del éxtasis:

¡Oh sufí, devoto del Eterno Ahora!

(Hafez, ghazal 20, v. 1.)

En estos papeles, más que entrar en elaboradas y complicadas teorías sobre la estética y la poética, seguiré los pasos de Hafez y jugaré a ser el Saqi:

un Copero que proporciona una copa de este vino de la belleza que tanto embriaga a losruiseñores de Persia que no recuperan nunca la sobriedad. Es éste el mismo vino al que se refiere el verso de Shabestari, queincita al amante de esta Belleza:

Apura aquel vino cuya copa es

el rostro de la Amada,

y su vaso,

los ojos ebrios del bebedor.

(Shabestari, p. 101. v. 811)

La poesía sufí persa está animada por una visión de la belleza divina, belleza esta que es, en palabras de Keats, «una alegría por siempre». Esta belleza es también, en el vocabulario teológico del Qorán, la Luz de los Cielos y la Tierra (XXIV, 35), la Verdad que sustenta la Apariencia, el Ser Absoluto, el Uno que es «como ninguno». El mundo entero ha recorrido mi corazón pero ni uno como Él ha encontrado:

¡Nada hay como Él, nada como Él, nada!

 

Fuente: La Poética y la Estética en la tradición persa. Hossein M. Elahi Ghomshei

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