No te aflijas

No te aflijas

 

No te aflijas: la belleza volverá a regocijarte con su gracia;

la celda de la tristeza se convertirá un día

en un jardín cercado lleno de rosas.

No te aflijas, corazón doliente: tu mal, en bien se trocará;

no te detengas en lo que te perturba:

ese espíritu trastornado conocerá de nuevo la paz.

No te aflijas: una vez más la vida reinará en el jardín en que suspiras

y verás muy pronto, ¡oh, canto de la noche!,

una cortina de rosas sobre tu frente.

No te aflijas si no comprendes el misterio de la vida.

¡Tanta alegría se oculta tras del velo!

No te aflijas si, por algunos instantes, las esferas estrelladas

no giran según tus deseos, pues la rueda del tiempo

no siempre da vueltas en el mismo sentido.

No te aflijas si, por amor del santuario, penetras en el desierto

y las espinas te hieren.

No te aflijas, alma mía, si el torrente de los días

convierte en ruinas tu morada mortal, pues tienes el amor

para salvarte de ese diluvio.

No te aflijas si el viaje es amargo y la meta invisible.

No hay camino que no conduzca a una meta.

No te aflijas, Hafiz, en el rincón humilde en que te crees pobre

y en el abandono de las noches oscuras,

pues te quedan aún tu canción y tu amor.

Tipo de poesía: 
Tipo de texto: 
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