Cuento del amigo despechado

Recuerdo que en otros tiempos tenía un amigo con el que era uña y carne. De repente

ocurrió que tuvimos que separarnos. Después de un tiempo vino a mí y comenzó a

reprocharme por no haber mandado nunca ni siquiera un mensajero. Le respondí: «Me

resultaba gravoso que al mensajero se le iluminara el rostro por tu belleza mientras yo

estaba privado de ella»...

Cuento de la Reina de las Serpientes y las Aventuras de Bulukiya

Autor: 

Hubo una vez en los días de antaño y en épocas y eras ha mucho tiempo ya idas un sabio griego llamado Daniel, que tenía alumnos y discípulos y los hombres prudentes de Grecia eran sumisos a su autoridad y confiaban en su saber. Con todo, Alá le había negado un hijo varón. Cierta noche, mientras discurría y se lamentaba a causa de la falta de un hijo que pudiera heredar su sabiduría, se le ocurrió que Alá (¡glorificado y enaltecido sea!) escucha la oración de quienes a El recurren y que no hay ujier a la puerta de su magnificencia y que dispensa sin tasa sus favores a quienes El quiere y a ningún suplicante despide con las manos vacías, antes bien se las colma de favores y mercedes...

LA LITERATURA DARÍ

Autor: 

La poesía persa "Dari" nació en el siglo IX con poetas como Mohammad Ibn-e Vasif (~ 250h. / 863 d. C.), Firuz Mashreqi (283 h.), Abusalik Gorgāni (265 h. / 878 d. C.) etc... Un siglo más tarde, el persa ya se había convertido en una lengua formada, madura y melodiosa.

Los poemas de Rudaki Samarqandí, el famoso poeta del periodo Samaní (siglo X) considerado como el padre de la poesía persa, son de esta época. Unos años después de la muerte de Rudaki, comenzó la tradición épica persa que tenía sus fuentes en el Avesta y otros textos escritos en persa medio. La gran epopeya nacional persa es el Shāh Nāmeh de Abu'l Qasem Ferdosí (935-1020 d.C.)...

Consejo

Autor: 

Qué no pasemos mal la vida de este mundo,

empleemos la mano de la bondad para nuestros esfuerzos.

Ni lo bueno ni lo malo es eterno,

entonces será mejor que la bondad quede como recuerdo.

Aquel tesoro, los dinares y el castillo

no te servirán de nada...

 

Historia del schaikh San’an (Segunda parte)

Todos los amigos del schaikh se interesaron por él y se reunieron esa noche a causa de sus quejas. Uno de ellos le dijo: “¡Oh gran schaikh, levántate y expulsa la tentación de que eres presa! Levántate y haz la ablución legal de esta tentación". El schaikh le respondió: "Sabe, ¡oh impaciente! que esta noche he hecho cien abluciones con la sangre de mi corazón".   Otro le dijo: " ¿Dónde está tu rosario? ¿Pues cómo podrías conducirte bien sin rosario?" El respondió: "He echado al rosario de mi mano para poder ceñirme el `zunnar' cristiano". Otro le dijo aún: " ¡Oh viejo santo! si has pecado, arrepiéntete sin demora". El schaikh respondió: "Actualmente me arrepiento de haber seguido la ley positiva; quiero dejar la absurda posición donde estaba". Otro le dijo: " ¡Oh tú que conoces los secretos! despiértate y levántate para la oración". Él dijo: "Dónde está el `mihrab' de la cara de mi amiga, para que desde ahora no tenga otra preocupación que hacer allí el `namaz'?"

Otro le dijo: "¿Hasta cuándo mantendrás este discurso? Levántate y ve a adorar a Dios en secreto". El schaikh dijo: "Si mi ídolo estuviera aquí, me convendría entonces, en efecto, hacer adoración ante ella"...

El amor centinela

Un soldado encargado de hacer centinela se enamoró perdidamente, estando así día y noche sin sueño y sin reposo. Uno de sus amigos le dijo: " ¡Oh tú que estás privado del sueño! duerme al fin una noche por lo menos". -"El amor -respondió-, le va a mis funciones de centinela; ¿pues pueden permitir dormir estas dos cosas? Puesto que el sueño no le conviene al soldado que hace centinela, es ventajoso que esté enamorado. Con tal sentimiento que consiste en jugar su vida, se ha amparado de mí, se identifica con mis funciones y mis funciones entran en su dominio. ¿Cómo encontraría yo aunque sólo fuera un poco de sueño si no puedo cogerlo de ningún lado? Cada noche el amor me pone a prueba y me hace observar así la consigna". A veces, en efecto, este enamorado iba y golpeaba con su cachiporra; otras veces, de dolor, se golpeaba el rostro y la cabeza. Si, por azar, privado como estaba de sueño y de comida, se dormía un instante, soñaba con su amor. No dejaba pasar a nadie en toda la noche sin gritar: "¿Quién vive?", a menos que durmiera...

Estudios sobre la influencia de la literatura árabe en la poesía española moderna (Segunda Parte)

Otro poeta de la generación del 27, Rafael Alberti, divisó la influencia árabe en la poesía española contemporánea, desde 1932. En una conferencia en Berlín, dice Alberti:"...Asimismo comprobará que entre los poetas incluidos, oscilantes de los cuarenta a  los  veinticinco  año,  existen  diferencias  profundas,  pero  que  en  algunos  de  ellos  el manadero de lo popular les sigue mojando de agua clara su obra. Observará que todos los poetas del sur guardan, quizá en aquella parte suya más difícil, una rara semejanza con sus antepasados  los  arábigo-andaluces  de  los  siglos  IX,  X  y  XI,  poetas  no  traducidos  al castellano  hasta  hace  muy  poco,  dos  años  escasos,  ignorados  así  por  sus  descendientes. Quisiera leer, sin comentario, por falta de tiempo, una casida de Ostmán El Masháfi, visir de Alhaquén II y de Hixem II, (muerto en el año 982)...

Canto de Omar Khayyam (4)

Autor: 

La aurora: felicidad y pureza. Un inmenso rubí cintila en cada copa. Coge dos ramas de sándalo: haz con una de ellas un laúd y deja que la otra te perfume.

Lámparas que se apagan, esperanzas que se encienden: la aurora. Lámparas que se encienden, esperanzas que se apagan: la noche.

Cuando vaciles bajo el peso del dolor, y estén ya secas las fuentes de tu llanto, piensa en el césped que brilla tras la lluvia; cuando el resplandor del día te exaspere, y llegues a desear que una noche sin aurora se abata sobre el mundo, piensa en el despertar de un niño.

Canto de Omar Khayyam ( 3 )

Autor: 

Aspirar a la paz aquí abajo: locura; creer en el eterno reposo: locura. Después de la muerte, tu sueño será breve, y habrás de renacer en un puñado de hierba pisoteada por el viandante o en una flor que el sol marchitará.

No busques la felicidad: la vida es breve como un suspiro. Convertidos en polvo, flotan, en el molino que contemplas, Jamshyd y Kaikobad. El universo es un espejismo; la vida, un sueño.

La vida es un juego monótono en el que sólo puedes ganar dos con el dolor y la muerte. ¡Dichoso aquél que expiró el mismo día de nacimiento! ¡Y más dichoso aún el que no ha nacido!

Sobre la conducta en sociedad (frases de Saadí) - 2

4.La ciencia es para cuidar la religión, no para codiciar lo mundanal.

El que ascetismo, ciencia y piedad vendió,

llenó un granero y luego lo quemó.

Un sabio impío es como un ciego con una antorcha, guía a los demás pero no se guía a 

mismo.

Pasa en vano aquel que en su vida,

sin comprar nada su oro dilapida...

Sobre la conducta en sociedad (Frases de Saadí) - 1

1. El patrimonio sirve para vivir tranquilo, pero no se vive para acumular patrimonio. Le

preguntaron a un sabio: «¿Quién es afortunado y quién desgraciado?». Respondió:

«Afortunado es el que sembró y comió, y desgraciado el que murió y dejó».

Por quien no ha hecho nada no hagas oración,

que sólo vivió para amasar y no comió.

 

2. Moisés, sobre él sea la paz, aconsejó a Coré diciéndole: «Haz el bien de la misma manera

que Dios te hace el bien a ti». Él no escuchó y ya conoces su final.

Quien por dinero buenas obras no ha hecho,

por dinero hallará también la perdición.

Si quieres de las riquezas mundanas sacar provecho,

haz el bien a la gente como te lo hace Dios...

El anillo de Salomon

Ninguna piedra tuvo jamás la eminente prerrogativa del engaste del anillo de Salomón. La fama y la reputación de este anillo eran extremas y, sin embargo, el engaste era simplemente una piedra del peso de medio dang. Cuando Salomón cogió esta piedra para engaste de su sortija, toda la superficie de la Tierra estuvo bajo su poder. Salomón vio así su reino establecido; vio el horizonte bajo su ley. La superficie de su reino era, pues, inmensa; el viento lo llevaba por todos sitios a su antojo y, en realidad, sólo poseía su piedra de medio dang. Y dijo: "Como mi reino y mi gobierno sólo son estables por esta piedra, no quiero que en el mundo espiritual o temporal pueda nadie poseer desde ahora tal potencia".

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