Una moneda de Plata cada día

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Un Sufí entra en la batalla,

Pero cuando su compañero cae

No retrocede. El permanece en el peligro y es herido.

Él venda su herida y regresa a la batalla

Él quisiera recibir veinte heridas.

No quiere morir fácilmente, de una vez, con un gesto.

Cierto hombre tenía cuarenta monedas de plata

Él tomaba una cada día y la lanzaba al arroyo

Él trataba de enseñar a su alma animal a librarse de la avaricia.

“Arrójalas todas de una vez”. Rogó su alma,

“Así podré caer en la desesperación, pero me habré

Librado de esta tortura”.

“No” dijo el hombre “Mi manera es la de liberación”.

Herido una y otra vez, el Sufí finalmente cae

Y muere en la fuente de la verdad.

Muchos hombres rudos, no preparados, mueren,

Y sus almas animadas escapan al más allá.

Pero esas almas crudas son aún ladronas.

La espada es destrozada, y el caballo muerto, pero

El bandido aún vive. No todo el que muere en batalla

Es un santo mártir.

Muere dentro de la vida, y sigue viviendo

Mata la parte animal con tu espada,

El cuerpo es tu espada.

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Tipo de poesía: 
Tipo de texto: 
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