Poesía

Me perdí tanto en mí mismo

Me perdí tanto en mí mismo que he desaparecido incluso para mí,

era una gota de rocío del mar y me ahogué en el mar.

Al principio era una sombra tirada y despreciada en el suelo,

justo cuando apareció el sol, me desaparecí.

Parece que era sólo un momento cuando vine o fui,

ésta llegada sin rastro y salida sin aviso.

Camina en la ruta de su amor si eres sapiente,

sin remedio me convertí en conocedor e ignorante en su amor.

Como hay que ser todo ojo y al mismo tiempo ciego,...

¿Te parecería raro?

Te parecería raro si Hafiz dijera,

 “Estoy enamorado de cada iglesia

Y mezquita Y templo

Y de cualquier santuario

Ya que sé que es allí

Donde las personas dicen los diferentes nombres

Del Único Dios”.

¿Les dirías a tus amigos

Que soy un poco raro si admitiera

Que estoy realmente enamorado de cada mente Cuerpo y Corazón? 

¡Oh! De verdad estoy Loco de atar

Por cada idea, anhelo Y Miembro tuyo.  Querido mío,

Esto es porque sé Que es a través de ellos 

Que estás buscándolo a Él.

De cómo la esposa tuvo en cuenta a su esposo y le rogó a Dios que la perdonase por cuanto había dicho

Autor: 

Cuando ella vio que él se ponía fiero y díscolo, comenzó a llorar; ciertamente las lágrimas son la trampa de la mujer. Dijo: «¿Cómo iba a imaginar semejantes palabras de ti? Esperaba algo distinto». La mujer se aproximó humillándose: «Soy tu polvo, indigna de ser tu esposa. Cuerpo y alma, cuanto soy es tuyo; toda la autoridad y mando te pertenecen. Si mi corazón se impacientó a causa de la pobreza, no es por mí, sino por ti. Tú has sido el remedio en mi aflicción, no quiero que estés en la indigencia. Por mi alma y mi conciencia, no lo hago en interés propio: todas estas quejas son por ti. Por Dios que en todo momento moriría por ti. Quisiera que tu alma, que la mía adora, supiera mis más íntimos pensamientos»...

De cómo la liebre se apartó del león cuando este se acercó al pozo

Autor: 

Cuando el león se aproximó al pozo vio que la liebre se retrasaba. Dijo: «¿Por qué te rezagas? ¡Ven aquí!». La liebre dijo: ¿Dónde está la fuerza para mover mis pies? Han desaparecido mis manos y mis pies. Mi alma tiembla y mi valor ha huido. ¿No ves que mi cara está amarilla como el oro? Mi tono indica mi estado interior. Puesto que Dios ha declarado el signo externo como informativo, el ojo del gnóstico se vuelve hacia el signo. El color y el olor son significativos, como una campana: el relincho del caballo hace que uno conozca al corcel...

Ramos de flores

 

De repente, se hizo viejo, y no estaba preparado para eso; de repente, encontró su vida contada por décadas de años. Años acudidos como furgones dislocados de un tren apurado en el desierto, independientemente de las instrucciones del conductor; hubiera querido ser él aquel conductor libre de cualquier atención. Soñó con un inmenso desierto, lo cruzaba como un sonámbulo, fascinado por las imágenes de la arena, la inmensidad desnuda y el fulgor de los espejismos acariciando su imaginación herida y su perpleja lozanía.

Pensó en sentarse en intersecciones contando los transeúntes, en ramos de flores que regalar a músicos ciegos que se mezclaban con sus instrumentos, pensó que él era el músico ciego guiado por sus hijos a un oasis de sensaciones que pasó toda sus vida en busca de él, pensó en un truco que le permitiera romper las barreras y los números, y que su vida le pareciera como una frase musical que se eleva y continúa sin principio ni fin.

Alba

Esto dijo al alba el ave a la rosa recién despertada:

«Sé amable, pues muchas como tú florecen en esta explanada.»

La rosa rió: «Verás que en verdad no mostramos dolor,

Mas nunca un amante con tan duras palabras acosó a su amor.

Si tu deseo es beber vino de rubí de la copa enjoyada

Debes ensartar perlas y corales traspasados por pestañas...

Yo

Autor: 

Yo

La noche pregunta quién soy.
Yo soy su intimidad insomne, profunda y oscura;
yo soy su voz rebelde.
Complazco mi realidad con el silencio e hilvano mi corazón con la duda.
Y sigo aquí triste, volviendo los ojos, mientras los siglos me preguntan
quién soy...

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