Rostam contra el dragón (segunda parte)

Autor: 

Rostam se durmió por tercera vez, después de haberse cubierto el pecho con la coraza de piel de tigre volvió a rugir el dragón. Tú hubieras dicho que su aliento vomitaba fuego. Esta vez Rajsh huyó a través de la pradera, ya que no se atrevió a cercase al Pahlevan. Su corazón estaba destrozado por esta asombrosa aventura. Tenía miedo de Rostam y del dragón. Pero su amor por Rostam no le dejó descanso. Corrió hacia su amo, rápido como el viento, relinchando, haciendo ruido, desgarrando la tierra y abriendo todos sus cascos. Rostam se despertó de su dulce sueño y se encolerizó contra el fogoso caballo; pero Dios todopoderoso quiso que esta vez la tierra no pudiera esconder al dragón. Rostam lo diviso a través de la oscuridad y, sacando su espada, reacciono como una nube de primavera y lleno la tierra del fuego del combate. Él le dijo al dragón : ¨Dime tu nombre, ya que, ahora en lo adelante, no recorrerás más estas tierras a tu agradado. Mi mano no debe arrancar tu alma de tu negro cuerpo sin que sepa tu nombre. ...

El amigo perdido

¿Dónde está el amante que no ha hallado su hermano en el dulce martirio?

No le falta razón al lamento de Hafiz.

Su historia es extraña historia y es su tono maravilloso.

Fieles creyentes:

en otro tiempo tuve un amigo al que podía confiar todas mis penas:

corazón que las compartía y que me daba su consuelo.

Cuando yo gemía en medio de la tempestad, ...

Historia de Abdula, el mendigo ciego (de “Las Mil y Una Noches”)

Autor: 

El mendigo ciego que había jurado no recibir ninguna limosna que no estuviera acompañada de una bofetada, refirió al Califa su historia:
-Comendador de los Creyentes, he nacido en Bagdad. Con la herencia de mis padres y con mi trabajo, compré ochenta camellos que alquilaba a los mercaderes de las caravanas que se dirigían a las ciudades y a los confines de tu dilatado imperio.
Una tarde que volvía de Basora con mi recua vacía, me detuve para que pastaran los camellos; los vigilaba, sentado a la sombra de un árbol, ante una fuente, cuando llegó un derviche que iba a pie a Basora. Nos saludamos, sacamos nuestras provisiones y nos pusimos a comer fraternalmente. El derviche, mirando mis numerosos camellos, me dijo que no lejos de ahí, una montaña recelaba un tesoro tan infinito que aun después de cargar de joyas y de oro los ochenta camellos, no se notaría mengua en él ...

La vida y la muerte

Autor: 

 

 

Mira al amor

    como se enreda

        con el enamorado

 

Mira al espíritu

    como se funde con la tierra

                      dándole nueva vida

 

¿Por qué estás tan preocupado

       con esto o aquello, o lo bueno o lo malo?

                 pon atención de cómo se unen las cosas

 

¿Por qué hablar acerca de todo

    lo conocido y lo desconocido?

          mira también como lo desconocido se convierte en lo desconocido

 

¿Por qué pensar por separado

   acerca de esta vida y de la siguiente?

          cuando apenas si hemos nacido de la última vida.

 

La amistad

Ofrezcamos con nuestros elogios el incienso de la amistad

al hombre cuyos ojos resplandecen.

Que la claridad de un corazón puro brille como la antorcha

que ilumina la celda de un devoto del amor.

Ya no veo a mi lado a quien fue mi compañero.

Mi corazón está lacerado de tristeza.

Mas ¿dónde está el escanciador?

 

Poema de los átomos.

Autor: 

“... ¡Oh día, despierta! Los átomos bailan.

Todo el universo baila gracias a ellos.

Las almas bailan poseídas por el éxtasis.

Te susurraré al oído... a donde les arrastra esta danza.

Todos los átomos en el aire y en el desierto... sabes, parecen locos.

Cada átomo, feliz o triste... está encantado por el sol.

No hay nada más que decir…”

 

*

 

“¿Qué puedo hacer?, ¡Oh musulmanes!, pues no me reconozco a mí mismo.

No soy cristiano, ni judío, ni parsi, ni musulmán.

No soy del este, ni del oeste, ni de la tierra, ni del mar (…).

Mi lugar es el no lugar, mi señal la no señal.

No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.

He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno.

Uno busco, uno conozco, uno veo, uno llamo.

Estoy embriagado con la copa del amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida.

No me resta sino danzar y celebrar".

 “Y el resultado de todo está en estas tres únicas palabras: ardía, ardía y ardía”.

Aparte de Amor, todo se desvanece.

 

El camino al cielo está en tu corazón.

¡Abre y levanta las alas del amor!

Cuando las alas del amor son fuertes, no se necesita ninguna escalera.

Aunque el mundo sea espinas, un corazón amante es una enramada de rosas.

Aunque ruede del cielo hacia abajo, la vida de los amantes sigue adelante.

Invita al amor en cada rincón oscuro.

Simbología mística musulmana en San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús

Después de la ingente obra del arabista Miguel Asín Palacios, a pocos sorprendería la asociación de la mística española del Siglo de Oro con la musulmana medieval. A nosotros también nos ha tocado corroborar en más de un estudio los estrechos paralelos existentes entre ambas escuelas. Pero el grado de islamización de esta literatura mística es mucho mayor de lo que hemos visto hasta la fecha1 y de lo que llegó a entrever el maestro Asín en sus ensayos comparatistas. Escritores como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús -por mencionar sólo las figuras cimeras- nos deparan una sorpresa muy singular: comparten con sus correligionarios de Oriente muchos de sus símbolos y de su lenguaje técnico místico más importante. El hecho es muy significativo porque implica, desde el punto de vista literario, que hay que buscar numerosos referentes del vocabulario sanjuanístico y teresiano entre los sufíes. Estamos ante el fenómeno de una literatura europea con numerosas claves literarias árabes, incluso, persas . Veamos más de cerca. ...

Acerca de la comprensión interna de cómo las personas permanecen en el Barzaj entre este mundo y la Resurrección (del Último Día)

Autor: 

Entre este mundo y la Resurrección,

para cualquiera que reflexione, /

hay niveles intermedios (barzajiyya),

cada uno con sus límites:

Aquello que guardan depende del

influjo de su posesor, de cómo sea /

ahora mismo, antes de morir – por tanto, ...

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