Borges, el Islam y la búsqueda del otro

Oriente es parte de nuestra cultura universal. Para corroborarlo analicemos el texto "El escritor argentino y la tradición" donde Borges considera forzado buscar una identidad, y sostiene como irrefutable el desprestigio del color local, "El culto argentino del color local es un reciente culto europeo que los nacionalistas deberían rechazar por foráneo"[1]. El escritor, debe ser un orgulloso heredero grato de la cultura universal, Borges piensa al Islam como el otro, y se sitúa en ese lugar del otro: escribe sobre El Corán, describe Las mil y una noches y Albenjacán el Bojarí, muerto en su laberinto, escribe la historia de Los dos reyes y los dos laberintos, cuenta la historia de Averroes, "desde afuera", pero en realidad está tomando la forma del "otro". Por otro lado en "La busca de Averroes", Borges relata el intento del filósofo musulmán para interpretar los escritos de Aristóteles. La frustración es inevitable, para Borges, su intento y el de Averroes está destinado al fracaso: conocer al otro. Para Borges el problema de leer textos árabes por ser traducción de traducciones, para Averroes, según Borges, la imposibilidad de entender La tragedia y la comedia que está en la Poética de Aristóteles.

Historia de la Docta simpatía

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Ella le contestó: "¡Oh señor! estudié la sintaxis, la poesía, el derecho civil y el derecho general; la música, la astronomía, la geometría, la aritmética, la jurisprudencia desde el punto de vista de las sucesiones, y el arte de descifrar las escrituras mágicas y las inscripciones antiguas. Me sé de memoria el Libro Sublime y puedo leerle de siete maneras distintas; conozco exactamente el número de sus capítulos, de sus versículos, de sus divisiones, de sus diferentes partes y sus combinaciones, y cuantas líneas, palabras, letras consonantes y vocales encierra: recuerdo con precisión qué capítulos se inspiraron y escribieron en la Meca y cuáles otros se dictaron en Medina; no ignoro las leyes y los dogmas, sé distinguirlos con las tradiciones y diferenciar su grado de autenticidad; no soy una profana en lógica, ni en arquitectura, ni en filosofía, como tampoco en lo que afecta a la elocuencia, al lenguaje escogido, a la retórica y a las reglas de los versos, los cuales sé ordenar y medir sin omitir ninguna dificultad en su construcción; sé hacerlos sencillos y fluidos, como también complicados y enrevesados para deleitar sólo a las gentes delicadas; y si a veces pongo en ellos oscuridad, es para fijar más la atención y halagar al espíritu, que despliega por último su trama sutil y frágil; en una palabra, aprendí muchas cosas y retuve cuanto aprendí.

Algunos motivos árabes e islámicos en la obra de Jorge Luis Borges (I)

Un profesor egipcio que vivía en Lausanna fue citado por María Kodama al hotel donde ambos residían. Kodama lo recibió en el lobby. De acuerdo con el relato de D'Amico, " ella sugirió entonces que subiera porque alguien más iba a participar de la clase. El egipcio sonrió. Cuando María abrió la puerta, el recién llegado reconoció de inmediato al anciano y se puso a llorar. Había leído la obra completa de Borges en francés. Propuso enseñarles árabe sin cobrar, pero ellos no aceptaron”.

Edward FitzGerald's y El Rubaiyat de Omar Khayyam

¿Quién fue Khayyam? Fue un hombre real, un matemático que vivió en el noreste de Persia entre el 1040 y 1131 (o 26). La historia de Omar Khayyam tiene sus variantes pero hay una versión en la que bastantes historiadores están de acuerdo. Nació en Naishapur, una ciudad a doscientas cincuenta millas del actual Teherán, y no demasiado lejos del sur del río Oxus. Su provincia, Khorassan, fue próspera, teniendo tierras fértiles y además estando en la ruta del comercio entre China y el Mediterráneo. Estar abierta al comercio también implica estar abierta a la conquista y, ocho años antes de que naciera, la provincia fue dominada por los invasores turcos, fervientes recién convertidos al Islam que ocuparon el territorio bajo la autoridad del califa de Bagdad...

El tema de trasfondo islámico en el Quijote: cautivo cristiano y exiliado morisco (I)

Aportar nuevas visiones y perspectivas sobre la novela cervantina El ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha es de difícil operación; sólo una hojeada sobre la cantidad de ensayos, actas y bibliografía del estudio cervantino y "quijotesco" podía servir para amedrentarnos en nuestra tarea. El trasfondo islámico (es decir "lo que está o parece estar más allá del fondo visible", de ahí nuestro juego ambiguo) parecía pasar desapercibido para no pocos eruditos, muy conocedores de su teoría literaria pero de poca sensibilidad en lo que aquella comporta al pensamiento humano de quien se sumerge en los páramos manchegos.

Cita en Samarra

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En un oscuro y estrecho callejón de Bagdad, un hombre baja corriendo despavorido unas escaleras de piedra. El hombre, presa del terror, entra repentinamente en una casa mientras exclama:

— ¡Maestro! ¡Maestro! Ahora… ¡tiene que salvarme, señor!

— ¡Hakim! -exclama el viejo mercader, que, sorprendido, deja a un lado sus anotaciones-. -¿Qué ocurre? ¿Qué te pasa?

Majnun, el unicornio (Un estudio de ¨Layla y Majnún¨)

En la historia de los amores de Layla y Majnún, cuya fama ha trascendido con creces los marcos del mundo islámico, el mito del unicornio, también presente, reviste una forma peculiar cuyos rasgos más sobresalientes intentaremos analizar aquí. Para ello, partiremos de la versión realizada en el siglo XII D.C. (VII de la Héjira) por el persa Nizâmî, aunque los orígenes de la historia suelen datarse alrededor del S. VII D.C. (II D.H.)(3). Es conocido que muy pronto, quizás desde el siglo IX D.C. (IV D.H.), dicha historia fue incluída en los textos sufíes, entre ellos por el contemporáneo de Nizâmî, Farid Uddin Attar, en el Mantic Uttair, debido a su fuerte connotación mística.

Tras el Espejo

Muchas veces he dicho y de nuevo digo que yo,

de amor vencido, en esta senda no avanzo por mí mismo.

Tras el espejo, me han retenido en calidad de loro.

Lo que ha dicho que diga el primer maestro digo.

Sea yo flor o bien sea una espina, hay un experto en verdor,

y broto por la mano que me cultiva...

El ladrón y el guardián

Autor: 

Un ladrón le dijo al guardián del sultán,

Todo lo que realizo ha sido querido por el Altísimo

El guardia dijo entonces,

Lo mismo me ha pasado a mí

Todo lo que he realizado ha tenido la venia de Dios

Si roba alguien un par de rábanos en un bazar

Y se disculpa que ha sido la voluntad del Grandísimo,

Golpeo su testa y lo hago devolver lo hurtado

Pues esto también es el deseo de Dios.

¡Oh, tonto! Sabes que nadie aprueba ese pretexto

Cómo puedes escudarte en él

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