La literatura de ciencia ficción en el mundo árabe (Primera parte)

La literatura de ciencia ficción en el mundo árabe (Primera parte):

Aproximación a sus posibles orígenes, panorama general y futuro del género

 

A la hora de hacer un acercamiento al género de ciencia ficción en la literatura árabe moderna, es necesario establecer algunos criterios desde los que se parte, con el objeto de que el lector no especialista en esta literatura conozca el estado de la cuestión:

a) En los estudios occidentales (incluidos españoles) de literatura árabe moderna hay una completa omisión de este género, tanto de forma nominal como a la hora de mencionar obras que puedan adscribirse al mismo. Es decir, el género de ciencia ficción como tal no existe.

b) El interés por la literatura realista y de carácter histórico se ha impuesto desde el principio en los estudios de literatura árabe moderna. El investigador enfoca los estudios desde perspectivas que le son afines por circunstancias políticas o sociales. La atención, por ejemplo, a la producción narrativa realizada por mujeres y con el tema de la mujer como referente, o la novela histórica, es una muestra de este enfoque, al margen de la calidad de la que hacen gala numerosas obras de estos subgéneros narrativos.

Esta visión parcial alcanza un nivel más global y extenso, como ha reflejado el pensador palestino Edward Said a lo largo de su producción, y se extiende a otros campos y a la consideración que occidente hace del mundo árabe e islámico (Said, 2002).

c) En el campo de la literatura fantástica en sentido general los estudios se centran en:

— La literatura popular, donde se encuentran elementos fantásticos de la riquísima tradición árabe e islámica.

— El vasto corpus de Las Mil y Una Noches, que ha sido objeto de numerosas traducciones y estudios, incluidos los elementos de carácter fantástico.

— Los elementos fantásticos que se encuentran de forma puntual en la novela árabe y que obedecerían a los deseos de experimentación con nuevas técnicas narrativas (Holgado Cristeto, 2004: 122-124 y 88-95).

Por tanto, con el presente artículo me propongo los siguientes objetivos:

a) Afirmar con rotundidad la existencia del género de ciencia ficción en lengua árabe.

b) Verificar que el género surge precisamente de esa convulsión histórica que se refleja en la literatura realista, y de las realidades y circunstancias políticas y sociales que vive el mundo árabe.

c) Confirmar que muchos de los autores que han escrito obras de ciencia– ficción o han mostrado interés en el género tienen a sus espaldas una carrera literaria propia y figuran por méritos propios en los estudios de literatura árabe, como los egipcios Tawfiq al – Hakim, Yusuf al-Siba’i o el marroquí Ahmad Abdussalam Al- Baqqali, y que el arabismo ha obviado aquellas obras que podemos considerar de ciencia ficción.

1. Origen de la ciencia ficción en la literatura árabe moderna

A la hora de afrontar los orígenes de la ciencia ficción árabe contemporánea, es necesario analizar, aunque sea a vuelo de pájaro, las circunstancias del nacimiento de la literatura árabe moderna, ya que es en la génesis de una nueva narrativa árabe donde encontraremos los factores que darían lugar a la primera obra de ciencia ficción propiamente dicha.

No entraremos, por razones de espacio en la definición del género. La razón para catalogar obras modernas en árabe en la categoría de ciencia ficción se hará en base a la inclusión de elementos que no existen en nuestro mundo, pero que tienen una explicación empírica y no sobrenatural, y que pudiera tener un tratamiento científico (Moreno Serrano, 2006: 140-167).

Algunas de estas obras podrían adscribirse también a otros subgéneros, como la literatura utópica, la ucronía o el space opera.

Los comienzos de la literatura árabe moderna se sitúan en torno al período posterior a 1.797 y recibirían por parte de los estudiosos el nombre de Nahda (Renacimiento). Con algunas diferencias en la valoración del alcance de la literatura árabe clásica hasta este momento, la mayoría de los estudiosos coinciden en el hecho de que formas clásicas como la qasida en la poesía, u otros géneros, como el ensayo filosófico o las  maqāmāt , estaban ya agotadas. Si bien hubo autores que persistieron en su utilización, la realidad ineludible era que las formas literarias en lengua árabe no habían evolucionado desde el medievo, y que las últimas obras no eran sino el remedo de la época dorada de la poesía y el ensayo. Los clichés clásicos se habían convertido en formas estereotipadas que una y otra vez repetían los consabidos esquemas utilizados desde hacía siglos. Imaginemos a los poetas contemporáneos imitando a Quevedo o Góngora, y que las formas de versificación se retrotrajeran a Horacio o que la dramaturgia siguiera aún la estela de un Lope de Vega, y tendremos una idea bastante aproximada de la situación en la que se encontraba la literatura árabe en el siglo XVIII y comienzos del XIX.

 A esta situación debemos sumar el contexto social y político en el que se encuentra el mundo árabe en esos momentos: durante siglos de ser una potencia cultural y política a través de numerosos estados que comprenderían un territorio tan vasto como es el que va desde Andalucía y el Magreb hasta Iraq y la península arábiga, pronto la hegemonía política pasó al imperio otomano, uno de los protagonistas indiscutibles de la escena política desde el siglo XVI al XIX, y cuya caída a comienzos del XX supuso el relevo para las potencias europeas, que tomaron el testigo del futuro de los pueblos árabes.

En este contexto político y cultural se resalta la fecha de 1797, por ser el momento de la invasión napoleónica de Egipto, y que marcó un antes y un después en la cultura árabe y en la egipcia particularmente. Dentro de la más estricta tradición de la ciencia ficción del encuentro entre culturas, como ha reseñado Aguilera (2004), el mundo árabe descubre a Occidente desde diferentes perspectivas. Para muchos autores, el encuentro con científicos y escritores occidentales y franceses marca el comienzo de ese Renacimiento cultural, en tanto que se encuentran nuevas formas de expresión que superan las ya clásicas y obsoletas: el relato, la novela, el teatro, el cuento y la crónica periodística.

A este encuentro habría que sumar la labor cultural de dos centros occidentales: la Universidad de San José, fundada por los jesuitas en 1881, y la Universidad Americana de Beirut (1866). Egipto y Líbano se convertirían en dos importantes focos culturales para el mundo árabe, de manera que incluso Akkar (1999) y Fernández Parrilla (2006) señalarían su importancia e influencia en la construcción de una novelística moderna, si bien tardía, en Marruecos. A través de ambos centros libaneses se verterían al árabe numerosas obras clásicas francesas que supusieron un revulsivo cultural para la literatura árabe. Sería de interés un estudio que estableciera en lo posible las traducciones —y posible influencia— de obras consideradas dentro del género o, incluso, como proto-ciencia ficción y que bien pudieron ser una referencia en los primeros momentos para los nuevos escritores árabes de ciencia ficción (Verne, Cyranode Bergerac, Luciano de Samosata , Swift o Milton).

En cualquier caso, cual fuere la influencia de ambos centros, el encuentro de una cultura dominante, la occidental, y su poderío hegemónico afianzado por una ciencia que, desde los primeros momentos asombraría a los eruditos árabes, provocó una reacción ideológica que aún persiste: ¿cómo la cultura árabe, que conoció el esplendor no sólo literario sino también científico y político, ha llegado a esta situación?

Antes de que veamos cual fue la respuesta a esta pregunta, que sería la semilla de la primera obra de ciencia ficción en lengua árabe moderna, hemos de señalar cuál ha sido la relación del mundo árabe con el mundo científico.

 

Fuente: LA CIENCIA FICCIÓN EN EL MUNDO ÁRABE: APROXIMACIÓN A SUS POSIBLES ORÍGENES, PANORAMA GENERAL Y FUTURO DEL GÉNERO, Darío Marimón García. Fundación Tres Culturas.2009, España

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