Tres muros para la sala de tortura

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TRES MUROS PARA LA SALA DE TORTURA

 

Al alba

Yo resistiré...

Mientras haya en el muro una página en blanco

y no se derritan los dedos de mi mano.

Aquí, alguien pulsa

un mensaje a través del muro.

Nuestros hilos se han convertido en nuestras venas,

las venas de estos muros.

Toda nuestra sangre se derrama

en las venas de estos muros...

Un mensaje a través del muro:

Ellos han cerrado una celda,

han matado a un prisionero,

han abierto otra celda

y han llevado a un prisionero...

 

A mediodía

Ellos me han puesto delante el papel,

me han puesto delante el lápiz,

me han puesto en la mano la llave de mi casa.

El papel que han querido manchar

ha dicho: ¡Resiste!

El lápiz cuya frente han querido mancillar en el barro

ha dicho: ¡Resiste!

La llave de la casa ha dicho:

En nombre de cada piedra

de tu humilde casa ¡Resiste!

Un golpe en el muro

es el mensaje de una mano rota

que dice: ¡Resiste!

Y la lluvia cae

golpeando el techo de la sala de tortura.

Cada gota grita: ¡Resiste!

 

Al ponerse el sol

Nadie está conmigo,

nadie oye la voz de este hombre,

nadie lo ve.

Cada noche, cuando los muros

y las puertas se cierran...

él sale de mis heridas sangrantes

y camina por mi celda.

Soy yo.

Es como yo.

Le veo de niño

y con veinte años.

Es mi único consuelo,

mi único amor.

Es la carta que escribo cada noche

y el sello para el amplio mundo

y el pequeño país.

Esta noche lo he visto

saliendo de mis heridas

sombrío, torturado, triste,

caminando en silencio, sin decir

nada, como si dijera:

No me volverás a ver si confiesas,

si escribes...

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