Ramadán

Ramadán

Por Mustafa Al-Salvadori

En la actualidad la ciencia y la tecnología, han alcanzado un desarrollo descomunal, que si bien muchos en el pasado hubiesen oído sobre dichos adelantos, los habrían denominado ‘ciencia ficción’. Pese a tanto avance en el campo científico, pese al materialismo que atrofia la espiritualidad, pese al neoliberalismo asesino de nuestros días, gran parte de la gente se está volcando en busca de la religión, y específicamente aquellos que -gracias a Dios- han cavilado, reflexionado, están buscando una fe que no sea ciega y los convierta también en ciegos.Aquellos que utilizan su intelecto quieren una fe que le de valía a la reflexión, al conocimiento, una fe que no les enseñe antivalores, que no les diga que tienen que adorar a una vaca, un caballo o una serpiente como ‘divinidad’ o parte de la ‘Divinidad’.La gente busca una fe que no le mienta, que no le diga que Dios se hizo hombre, porque va en contra de la razón, del intelecto, Dios es Omnipotente sí, pero si se hace hombre dejaría de ser Dios y sería un hombre, porque Dios no es dos, ni tres, ni cuatro. «¡Él es Dios, Uno!» (Corán 112:1)

La Unicidad de Dios (At-Tauhid), este monoteísmo puro es la piedra de toque del Islam. Y entonces Dios tampoco tiene una familia ‘divina’ con una esposa, hijos, madre, padre, etc., tal como en las concepciones griegas, adoptadas después por los romanos y sus posteriores mutaciones y transformaciones.Los musulmanes adoramos a Dios, Creador y Criador de los mundos, del universo y no a la creación, no a las criaturas, sea cual fuese su naturaleza, hombres o mujeres, animales, plantas u objetos inanimados. Adoramos a Dios y no a Sus enviados.Dios es Grande, Generoso, Noble, Compasivo, Misericordioso, y sobre todo Dios es Justo. Él con Su infinita gracia nos ha permitido vivir un nuevo Ramadán, un mes en el cual nos abstenemos de toda bebida, alimentos, y placeres carnales, desde antes de la salida del sol hasta después de su puesta.En Ramadán hacemos un ayuno total, pues también ayunan nuestros oídos, ojos, lengua, pies, etc. Ello no significa que Ramadán sea sinónimo de ‘abstinencia’, no en absoluto. Ramadán es una escuela, una universidad celestial.Ramadán es parte de la Misericordia Divina hacia nosotros los creyentes, que cual alquimistas llegamos a transmutar esa nuestra voluntaria privación en un precioso acto de adoración, que nos permite entre tantas otras cosas, experimentar físicamente aquello que es inalcanzable a través de la imaginación: el hambre existente en nuestras propias ciudades y países, debido a la injusticia social imperante.Como dicen las tradiciones de nuestro Profeta Muhammad (PB) y su Descendencia Purificada (P), de no realizar como es debido el ayuno en Ramadán, lo único que obtendremos será sed y hambre. Lo contrario nos garantiza una suerte de evolución espiritual, puesto que irremediablemente nuestro ser desarrolla y cambia, gracias a las bendiciones que Dios derrama sobre los ayunantes.Pese a la predominancia de tanta ideología en contra de la fe, aquí estamos los musulmanes, ayunando en completa adoración al Dios Único.

(ver la continuación en archivo pdf)

Fuente: El Corazón en la Revolución

Mustafa Al-Salvadori

Ediciones: Elhame Shargh, 2009

Fundación Cultural Oriente

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