Varios disfraces y máscaras

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Un ave llegó a una pradera donde había una trampa

Granos habían sido puestos sobre el suelo

Y cerca un gallo se había envuelto en hierba

Y colocado rosas y amapolas rojas sobre mi cabeza como un sombrero.

El ave tenía una noción de que ese monte de hierba

No era todo hierba, pero a primera vista, él no tenía

Argumentos sobre que sería.

Él saltó alrededor del extraño monte y preguntó,

¿Quién eres tú, aquí afuera en la selva?

Soy un renegado, contento con vivir como una hierba

Después de la muerte de mi vecino, cerré mi tienda,

Dejé de asociarme con ningún ser humano

Y ahora trato de ser amigo del Único.

Vi que mi mandíbula se abría finalmente con

El velo de modo que imaginé que es mejor usarlo

Menos de ahora.

Ustedes las aves usan bellos ropajes verdes, con bordados

De oro, pero al final serán envueltos también en

Tejidos bastos.

Todos los rostros se tornarán polvo,

Las partes húmedas y secas, cálidas y frías

Se reunirán con sus congéneres, y nuestros espíritus

Reciben una carta del mundo de la pura inteligencia

Dice:

“¡De modo que tus compañeros te abandonaron!

Aprende quiénes son tus verdaderos amigos”

Algunos niños, cuando juegan con extraños,

Se entusiasman y preocupan tanto con el juego

Que se quitan las camisas, cae la noche,

Y sus ropas han sido robadas.

Es imposible jugar en la oscuridad

Y ahora ellos tienen miedo de ir a casa.

Has escuchado la línea,

“Esta vida presente es juego”.

Tú has botado tu ropa con la alegría de vivir

Ella flota en el viento,

Y ahora sientes miedo.

Mientras es aún de día, me he percatado

Que los hombres son ladrones, y que la mayor parte

De la vida es desperdiciada, la mitad buscando

Una amante, y la mitad preocupados con los complots

De nuestros enemigos. El primer deseo se lleva

Nuestras capas y el último se llevan nuestras gorras.

Aun así permanecemos completa y despreocupadamente

Absortos en nuestro juego. Y oscurece.

La muerte está cerca. Deja el juego.

Encilla el corcel del arrepentimiento

Y captura al ladrón.

Recupera tus ropas. Ese corcel de la confesión

Es el más veloz que existe.

Pero mantenlos seguramente atados,

Mientras estés con el ladrón.

Cierto hombre camino al pueblo

Trae un carnero que conduce tras él.

Un ladrón se escabulle y corta la cuerda.

(ver la continuación en archivo pdf)

Tipo de poesía: 
Tipo de texto: 
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