Di vueltas por el mundo
Di vueltas por el mundo y verdaderamente no encontré,
ninguna ciudad ni tierra donde vendieran un buen destino.
Tráeme la mortaja y el ataúd, y oscurece tu camisa,
que el día de hoy es médico, y la cura está enferma.
De la catapulta del cielo nos llueven piedras de desorden,
y yo vanamente me escapo a las vallas de cristal.
De esta forma que hierven suspiros y no rechisto,
no te extrañes si sale fuego de mi como el árbol...