La consistencia espiritual (segunda parte)

Autor: 

Debe trazarse una guía de todo este conocimiento para comprender cómo determinadas maneras de ser y ciertos comportamientos suponen la aparición, el día de la resurrección, de efectos externos que le son propios. Un ejemplo: la violencia de la cólera en un hombre hace que se le altere la sangre, que se le congestione el rostro y se le hinche la epidermis. Ahora bien, la cólera es un estado psíquico, algo que existe en el mundo interior del hombre. Los efectos que constatamos son los modos de ser de los cuerpos materiales orgánicos, lo que no impide que los efectos producidos por estados puramente psíquicos tengan lugar en este mundo. Entonces, cómo nos puede sorprender que en otro mundo la cólera se convierta en un puro fuego que abrase el corazón, infecte las entrañas, corroa las vísceras, del mismo modo que aquí le es inherente calentar los cuerpos, acelerar las pulsaciones de las arterias, provocar temblores en sus miembros, consumir los humores e incluso provocar una grave enfermedad, o un accidente mortal. Pues bien, esto es exactamente lo que ocurre con todas las formas corporales y materiales que existen en el más allá; todas ellas son el resultado de los hábitos adquiridos por las almas, de los buenos o malos comportamientos, de las creencias que han tenido, de sus buenos o malos propósitos, de todo lo que arraigue en ellas la repetición de los actos y de las formas de actuar en este mundo. Por esta razón, si los actos provocan los comportamientos en este mundo, las almas, por sus modos de ser, son los principios de los cuerpos en el más allá.

La consistencia espiritual (primera parte)

Autor: 

Todo lo que el hombre se imagina, todo lo que percibe en realidad, sea cual fuere esta percepción, inteligible o sensible, en este mundo o en el más allá, todo eso constituye otras tantas cosas inseparables, indisociables de su yo esencial. Mejor dicho, lo que es para él objeto de percepción es algo que existe en sí mismo, y no en algo ajeno a él. Ya hemos tenido ocasión de decir que lo que es esencialmente objeto de la percepción visual, cuando percibimos el cielo, la tierra o cualquier otra cosa, no son las formas externas que se observan mediante datos materiales objetivos, como si las hubiéramos encontrado en las dimensiones de este mundo.

El poema "Mantiq Al Tayr" de Attar en Borges

Las  aves  en  la  narrativa  borgeana  vienen  asociados,  generalmente, con su cosmovisión panteísta  resumida en las palabras de Plotino: ―Todo,en  el  cielo  inteligible,  está  en  todas  partes. Cualquier cosa es todas las cosas. El sol es todas las estrellas y cada estrella es todas las estrellas y el sol‖ (O. C. I, p. 418). ―El Simurg es uno de los símbolos del universo, y acaso de Dios, que puede manifestarse en una sola de sus formas posibles , así piensa Jaime Alazraki. Juan Arana plantea el asunto desde otro punto de vista:
El  panteísmo  es  la  doctrina  que  declara  que  Dios  es  inmanente  y  en definitiva idéntico al mundo. En el mundo lo vivimos los hombres y de él formamos parte, de manera que el panteísmo afirma que somos en último término parte de Dios, si no Dios mismo (Arana, 1998: 173), ...

Ibn ‘Arabî: La imaginación, el Mundo Imaginal y su escatología ( Tercera parte )

Sea como fuere, la percepción “realista” de las cosas, en el trasmundo, es plena para las almas que se encuentran en este intermundo post mortem. Se dan, no obstante, cambios muy singulares. Así, por ejemplo, su cuerpo sutil adquiere un número indefinido de formas exteriores debido a que son manifestaciones plásticas que se van generando en sincronicidad con los pensamientos y sentimientos que vaya teniendo su alma.

El secreto oculto

¡Huye de mí el corazón! ¡Dueños de los corazones, os conjuro! ¡Qué sufrimiento: se hará visible el secreto oculto! 

Navegantes somos, ¡oh, viento favorable haz que veamos de nuevo el rostro conocido!, ¡levántate! 

En la rueda giratoria sólo hay diez días de fábula y hechizo, con bondades para los amigos, apúralos, amigo. 

¡Oh señor de la grandeza, de tu salud has donativo y recuerda algún día a este derviche mísero! 

La paz entre los dos mundos, en dos palabras se ha resumido: con los amigos ser caballeroso, contemporizar con los enemigos. 

¡Mira!, el espejo de Alejandro es la copa de vino que pone a tu alcance el territorio de Darío. 

No te rebeles, que, debido a sus celos tal vela arde el Amado, aquel en cuya palma se torna cera el basalto. 

En el círculo de la flor divina, anoche, el ruiseñor canto bien. Los que estáis ebrios, despertaos, saciad el ansia con vino del amanecer.

Titular

Siendo el Islam un mensaje universal, ha llegado hasta nuestro continente y poco a poco el paisaje de los barrios se va tiñendo de un ‘Assalamu alaikum’ por aquí, un ‘Insha'Allah’ por allá.

Los vientos acompañan al llamado a la oración; en las calles se ve el brillo de los velos de las mujeres anunciando castidad. Los cerdos no se acercan a nuestras cocinas, las bebidas alcohólicas mueren como de cirrosis y no son parte de nuestra rutina.

Iraŷ Mirzā

Autor: 

Iray Mirzā Yalāl ul-Mamālek fue uno de los poetas más importantes y poderosos de ésta época, pertenecía a la familia real y nació en el año 1291 h./ 1873 d. C. en Tabriz. Su abuelo y su padre también se dedicaron a la poesía y de ellos recibió como herencia un gran talento. Aprendió árabe y francés en Tabriz y comenzó a escribir poemas desde muy joven.

Āref Qazwiní

Autor: 

Abolqāsem Āref Qazwiní nació en el año 1300 h./1882 d. C. en Qazwin. Desde su infancia sintió predilección por la música y tenía una bella caligrafía. Además de destacar como poeta, era muy bueno en canto, disciplina que practicaba desde la adolescencia. Cuando era joven partió a Teherán donde muy pronto se hizo famoso entre la familia real y los nobles.

Comenzó a escribir poemas con 16 años, y coincidiendo con su traslado a Teherán y gracias a su excelente voz, se atrajo para si la atención de la corte de Mozafarr ud-Din 'āh, rey de la dinastía Qāyār (1317 h./ 1899 d.C.). Posteriormente se unió al pueblo en la revolución constitucional y puso su poesía y su voz a disposición de la misma. Después de los muchos altibajos de su vida en la ciudad, se fue a Hamedān donde vivió sus últimos años. 

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