Algunos motivos árabes e islámicos en la obra de Jorge Luis Borges (I)
Un profesor egipcio que vivía en Lausanna fue citado por María Kodama al hotel donde ambos residían. Kodama lo recibió en el lobby. De acuerdo con el relato de D'Amico, " ella sugirió entonces que subiera porque alguien más iba a participar de la clase. El egipcio sonrió. Cuando María abrió la puerta, el recién llegado reconoció de inmediato al anciano y se puso a llorar. Había leído la obra completa de Borges en francés. Propuso enseñarles árabe sin cobrar, pero ellos no aceptaron”.