Acerca de la comprensión interna de cómo las personas permanecen en el Barzaj entre este mundo y la Resurrección (del Último Día)
Entre este mundo y la Resurrección,
para cualquiera que reflexione, /
hay niveles intermedios (barzajiyya),
cada uno con sus límites:
Aquello que guardan depende del
influjo de su posesor, de cómo sea /
ahora mismo, antes de morir – por tanto,
consideradlo profundamente [Oh gentes
de visión] (59:2)!
Tienen influencia y autoridad sobre todas
las cosas, logrando que las maravillas /
aparezcan; no dispensan (a nadie), ni
dejan (a ninguno) solo (74:28).
Tienen abiertas manifestaciones en el
ser, sin restricción, /
y sin embargo no son ni realidades esenciales,
ni (meros) efectos.
Sólo (tienen que) decir a Dios (alHaqq)
"¡Sé!" y Dios (ya) está creándolos, /
de modo que ¿cómo puede un humano
mortal bašar eludir su influjo?
Por ellos son las formas del conocimiento
y todo castigo; /
por ellos son los signos (de Dios) y los
milagros y las lecciones ejemplares.
Si no fuera por esta Imaginación (divina),
hoy nos hallaríamos en la nada: /
¡ningún propósito, ningún fin habría
sido cumplido por nosotros!
"Como si (vieras a Dios)" es Su dominio
de autoridad, si Lo comprendes: /
la revelación ha llegado por/con Él,
como el intelecto y la reflexión.
Entre las expresiones que aluden a Ello
está el "como..." de los Atributos (divinos): /
¡de modo que tú sólo te desprendes de
las formas al traer (otras) formas!
[I] Al decir "Como si es su dominio de autoridad" se refiere a la autoridad de la (divina) Imaginación (jayāl), que es la realidad esencial de (este) "como si", y el significado interno de las palabras (del Profeta): "Adora a Dios como si Le vieras...".
...Sabe que la palabra barzaj es una expresión referida a aquello que separa dos cosas sin jamás convertirse en ninguna de ellas, como la línea que separa la sombra de la luz del sol, o como en Su Palabra -¡Exaltado sea!-: "Ha desatado los dos Mares. Se encuentran: / entre ellos hay un barzaj; no van más allá." (55:19-20), lo cual significa que ninguno de los dos llega a mezclarse con el otro. No obstante, aunque nuestros sentidos sean incapaces de percibir lo que separa esas dos cosas, el intelecto concluye que en verdad hay una línea divisoria que las separa - y esa barrera aprehendida por el intelecto es precisamente el barzaj. Porque si algo es percibido por los sentidos debe ser una de esas dos cosas, mas no el barzaj. De modo que cada una de esas dos cosas, cuando son adyacentes, precisan de un barzaj que no es igual a ninguna de ellas, pero tiene implícitamente el poder de cada una de ellas.
Puesto que el Barzaj (de la divina Imaginación creativa) es algo que separa lo cognoscible de lo incognoscible, lo existente de lo inexistente, lo inteligible de lo ininteligible y lo afirmado de lo negado, se le ha dado el nombre de "Barzaj" como término técnico. Es inteligible en sí mismo, ¡y sin embargo no es nada más que la imagen imaginada (al-jayāl)! Ya que cuando lo percibes - suponiendo que te halles en un estado racional - sabes que has percibido algo existente sobre lo cual ha recaído tu mirada; en verdad, sabes sin duda alguna que definitivamente hay algo allí. Pero ¿qué es esto de lo cual afirmas que es una cosa existente, mientras que a la vez también lo niegas? Porque esta Imaginación-Imagen (al-jayāl) no es ni (enteramente) existente ni inexistente, ni (enteramente) conocida ni incognoscible, ni (enteramente) afirmada ni negada.
Esto es como un ser humano que percibe su forma (reflejada) en el espejo. La persona sabe sin duda alguna que ha percibido su (propia) forma en cierto sentido, mas sabe con la misma seguridad que, en otro sentido, no ha percibido su forma, debido a la pequeñez de la imagen que ve en el espejo, suponiendo que el tamaño del espejo sea pequeño - ya que sabe que su propia forma es considerablemente mayor que la que ha visto... Así pues, que ¿qué es esa forma reflejada? ¿Y dónde se encuentra realmente? ¿Y cuál es su condición (ontológica)? Porque es tanto afirmada como negada, tanto existente como inexistente, tanto conocida como desconocida.
Y Dios - ¡Alabado sea! - ha hecho aparecer esta realidad ante Sus siervos, a fin de crear una imagen justa, para que puedan conocer y llegar a comprender que si están desconcertados y son incapaces de entender la realidad de este fenómeno, el cual es (solamente) parte de este mundo, y no pueden alcanzar el conocimiento pleno de su realidad - ¡cuánto más incapaces e ignorantes y desconcertados deben de estar entonces ante el Creador de esa realidad! De esta manera Dios ha señalado a (Sus siervos) que las manifestaciones del Ser divino (taŷalliyât al-Haqq) ante ellos son aún más sutiles y delicadas que en este caso, en el que sus intelectos ya se encuentran tan desconcertados e incapaces de percibir la realidad de las cosas...
Algo parecido a esta realidad accede todo ser humano al dormirse y después de morir (cf. 39:42), de tal manera que la persona en cuestión ve cualidades y características (morales y espirituales) como formas auto-subsistentes que se dirigen a ella y con las cuales conversa, como si fueran cuerpos (humanos) sin duda alguna. Y la persona dotada de develación espiritual (al-mukāšif) ya ve (aquí), estando despierta, lo que ve la persona dormida en su estado de ensueño o la persona muerta después de morir. De la misma manera, verá cómo se pesan en el otro mundo las formas de sus acciones (de acuerdo con el simbolismo coránico de las "Escalas") - aun a pesar de ser cualidades y características (aparentemente insustanciales en este mundo) - y verá la muerte (de acuerdo con la descripción de un famoso hadīt) como "un carnero moteado al que sacrifican", aun cuando la muerte (realmente sólo) es una relación (entre dos estados del ser)... Así que ¡alabado sea el que permanece incognoscible, de modo que no es conocido - y es conocido, de modo que no es desconocido! [Él es el que a todos os da forma en las Matrices, de la manera que Él desea:] ¡No hay dios sino Él, el Inaccesible, el Omnisciente (3:6)!
[II] Hay quienes perciben este objeto-imaginado (al-mutajayyal) con el ojo de la sensación (física), y hay otros que lo perciben con el ojo de la imaginación. Naturalmente aquí me refiero a (nuestras percepciones) en el estado de vigilia, ya que durante el sueño (todos) perciben sin duda alguna con el ojo de la imaginación. De manera que si una persona desea distinguir entre (esos dos modos de percepción) en su estado de vigilia, ya sea en este mundo o en el Día de la Resurrección, puede determinar (de qué tipo de percepción se trata) mirando al objeto imaginado. De ese modo, si [a] los estados de aquello que miras siguen variando al igual que varía de forma y características, aun cuando no puedas negar que sigue siendo la misma cosa, y [b] el hecho de observarlo no impide que continúe cambiando de apariencia y formación - como un camaleón que, al ser observado, deja de cambiar de color - entonces, indudablemente, (se ha visto) con el ojo de la imaginación, no con el ojo de los sentidos. Porque percibes lo imaginado (al-jayāl) con el ojo de la imaginación, no con el ojo de la sensación (física).
En verdad, de aquellos que declaran haber tenido visión develada de los espíritus, ya sean de fuego (es decir, ŷinn) o de luz (ángeles), pocos comprenden realmente cómo es esto. Cuando (esos espíritus) adoptan la imagen de las formas perceptibles, (la mayoría de las personas) no sabe si los percibe con el ojo de la imaginación o con el ojo de la sensación (física) - ya que ambos tipos de percepción implican la actividad sensorial del ojo. Esta (actividad sensorial interna) es la que presenta la percepción tanto a través del ojo de la imaginación como el ojo de la sensación (física). De modo que esta es una forma sutil de conocimiento: me refiero al conocimiento de la distinción entre ambos "ojos", y entre la actividad sensorial del ojo y del ojo de la sensación (física). Uno puede saber que (lo que percibe) es verdaderamente sensible, no imaginal, y que uno lo ha percibido con el ojo de la sensación, no con el de la imaginación (teniendo en cuenta las siguientes condiciones): [a] el ojo percibe el objeto imaginado y, sin distraerse, ve que su forma y sus características no varían; [b] no ve ese objeto imaginado en varios lugares a la vez, suponiendo que se trate de una realidad única; y [c] el objeto imaginado no varía o se transforma en diferentes estados.
Con relación a esto deberías comprender cómo es posible que un ser humano pueda percibir a su Señor - ¡Exaltado sea! - en un sueño, aun cuando Él trasciende cualquier forma o imagen, así como la manera en que tiene lugar esa percepción de Él y las limitaciones de ésta. Y por medio de esto puedes comprender lo que nos ha llegado en el fideligno relato (del famoso hadīt) acerca de cómo el Creador "Se manifiesta (ante las almas en la Resurrección) en formas diversas de aquellas en las que Le habían visto" y acerca de Su "transformación en una forma que conocían (anteriormente)," después de que Le hayan estado negando y se hayan refugiado de Él (en formas más agradables de Su manifestación).
¡Así pues, habrías de saber con qué ojo Le estáis viendo! Pues ya os he hecho saber que la Imaginación (divina) se percibe, o bien por sí misma - quiero decir con el ojo de la imaginación - o bien por la visión (física). ¿Y en cuál de los dos medios deberíamos confiar? Con relación a esto (escribimos estos versos):
Cuando aparece mi Amado, ¿con qué
ojo yo Le veo?
Con Su ojo, que no el mío: ¡pues no Le
ve sino Él!
Esto concuerda con la trascendencia de Su condición y confirma Sus Palabras, ya que Él dice: "Las miradas no Le perciben, [pero Él percibe las miradas...] (6:103), y no especificó ninguna Morada determinada (en este mundo ni en el próximo), sino que envió esta aheya como Versículo sin restricción (en su aplicabilidad) y como cuestión definitiva y confirmada. Porque nadie salvo Él Le percibe, de modo que es con Su ojo - ¡Exaltado sea! - con el que Le veo, como en (el célebre dicho divino en) el fidedigno relato del hadīt: "Yo (Dios) soy la mirada con que ve."
Así que ¡despierta, tú que estás dormido y haces caso omiso de todo esto, y presta atención! Te he abierto una puerta a las formas de la conciencia y del conocimiento interno que los pensamientos jamás alcanzan, aunque los intelectos puedan llegar a aceptarlas, ya sea gracias a una Providencia divina especial o "puliendo los corazones con el dikr y la recitación (del Corán)!" Entonces el intelecto acepta lo que la divina Auto-manifestación (taŷalli) le da y sabe que aquella (revelación imaginal) se encuentra más allá de su propio poder con respecto a su pensamiento, y que en verdad su pensamiento jamás podría darle aquello. Por lo tanto, (esa persona) da gracias a Dios - ¡Exaltado sea! - que creó su constitución (naš'a) para que pudiera recibir cosas de esa índole: siendo esta la constitución de los Mensajeros (divinos) y los profetas y aquellos de entre los santos que son receptores de especial Providencia divina. Esto es para que (tal persona) pueda saber que su receptividad (a lo que es otorgado por Dios) es más elevada y más noble que su propio pensamiento. ¡Date cuenta, pues, hermano mío, a partir de este momento, de Quién es el que Se manifiesta ante ti desde detrás de esta puerta (de la imaginación)! Pues es éste un asunto prodigioso, donde incluso los corazones más profundos quedan perplejos.
[III] El preceptor (de la Revelación), que es el orador veraz, llamó a esto -que es la (divina) Presencia del Barzaj al que somos llevados después de la muerte y en el que directamente contemplados nuestras almas- un "Cuerno" (al-sūr) y una "Trompeta" (al-nāqūr). Aquí la palabra al-sūr es (también) el plural de la palabra sūra, "forma". Así pues (de acuerdo con el relato coránico de la Resurrección) "se sopla en el Cuerno/en las formas" (6:73, etc.) y "se hace sonar la Trompeta" (74:8) Y ambos (el "Cuerno" y la "Trompeta") son exactamente la misma cosa, y difieren únicamente en los nombres, debido a los diversos estados y atributos (de la realidad subyacente)...
Sabe que el Enviado de Dios, cuando se le preguntó qué era este "Cuerno" (al-sūr), respondió: "Es un cuerno (qarn: un cuerno animal) de Luz en el que sopla (el ángel) Isrāfīl." Así, refirió que su forma era la forma de un cuerno (de animal), descrito como ancho (en la base) y estrecho (en la punta)...
Sabe, pues, que la anchura de este "Cuerno" (del Barzaj-Imaginación) es la mayor anchura posible, ya que ninguna de las cosas engendradas es más ancha que él. Esto es debido a que, por Su realidad, ejerce su influjo sobre todas las cosas (incluso) sobre lo que no es cosa. Da forma (de la misma manera) a la nada absoluta y a lo que es (ontológicamente) imposible, necesario y contingente, tornando lo existente en nada y lo inexistente en ser. Con relación a esta Presencia divina (es decir, el ámbito ontológico del ser) el Profeta dice: "Adora a Dios como si Le vieras..." y "Dios está en la qibla de la persona que reza" - o sea, imagínaLo en la orientación de tu rezo y estate atento a El de modo que siempre Lo tengas presente y seas humilde ante Él. Y observa siempre la cortesía (adab) apropiada ante Él cuando rezas, ya que de lo contrario estás siendo descortés y desconsiderado.
Si el preceptor (de la Revelación) no hubiera sabido que dentro de ti existe una realidad llamada "imaginación" que posee este (inmenso) poder, no te hubiera dicho "(Adora a Dios) como si Le vieras" con tu visión (física). Pues las indicaciones del intelecto excluyen este "como si" y el intelecto sostiene, con sus argumentos, que cualquier "semejanza" (entre Dios y las cosas creadas) es imposible: ¡la visión es incapaz de percibir otra cosa que la pared (frente a la persona que reza)! Y sin embargo también hemos aprendido que el preceptor (de la Revelación) te instó a que imaginaras que miras hacia Dios (al-Haqq) en la orientación de tu rezo; de hecho, se ha prescrito que has de aceptar esto. Y Dios dice: "Adondequiera que te vuelvas, ¡allí está el Rostro de Dios!" (2:115) - y el "rostro" (waŷh) de algo es su realidad y su esencia individual. De modo que la Imaginación ha dado forma a Aquel que, de acuerdo con los argumentos del intelecto, no puede de ninguna manera ser concebido ni recibir forma alguna. Es por ello por lo que (la Imaginación) lo abarca todo.
Pero en cuanto a la "estrechez" y al aspecto restrictivo de la imaginación, esto se debe a que no puede recibir nada - ya sean cosas sensibles o espirituales, o relaciones y conexiones, o la Majestad de Dios y Su Esencia - sino por medio de alguna forma. Si intentara percibir algo sin emplear una forma, su realidad no se lo permitiría, ya que ésta es precisamente la (facultad de) la representación imaginal (wahm) y ninguna otra cosa...De manera que la imaginación es el más extenso de todos los objetos del conocimiento - y sin embargo, a pesar de la inmensa amplitud de su capacidad, que se extiende sobre todas las cosas, es incapaz de recibir las realidades (noéticas) puramente inmateriales (sin hacer uso de alguna imagen o semejanza). De aquí que la imaginación (como se indica en muchos hadīt-es conocidos) ve el conocimiento en forma de leche, o de miel y vino y perlas; y ve el Islam en forma de una cúpula y pilares; y ve el Corán en la forma de mantequilla y miel; y ve la Religión en forma de un lazo; y ve a Dios (al-Haqq) en la forma de ser humano y en forma de luz... En cuanto al hecho de que este "cuerno" (del Barzaj/Imaginación) esté hecho de "luz" (de acuerdo con el hadīt anteriormente mencionado), esto se debe a que la luz es la causa inmediata por la que (las cosas) son develadas y aparecen claramente, ya que sin luz, la visión no percibiría absolutamente nada. Así que Dios creó esta Imaginación como una "luz" a través de la cual podría percibirse el proceso de Formación (taswīr) de todas las cosas, cualquiera que sea, como ya hemos mencionado. Su Luz atraviesa la nada absoluta para que Él pueda conferirle las formas del ser. De aquí que la Imaginación es más digna del Nombre (divino) "la Luz" (al-Nūr) que todas las cosas creadas que usualmente se describen como "luminosas", ya que Su Luz no se asemeja a las luces (creadas) y a través de Ella se perciben las Auto-manifestaciones divinas.
(ver la continuación en archivo pdf)