Cuento del anciano casadero

Cuento del anciano casadero

Un anciano me contó: «Fui a pedir la mano de una doncella; el aposento estaba adornado

con rosas, estaba con ella en la intimidad y mi corazón y mis ojos estaban puestos en ella.

No dormía durante las largas noches, pues me ponía a contarle cosas graciosas y

jocosidades para ver si de aquella manera se me acercaba y no se asustaba. Así, cierta

 

noche le decía: "Tu próspera ventura te sonríe y los ojos de la fortuna están despiertos,

pues has llegado a ser la compañera de un anciano maduro, educado, de mundo,

sosegado, que ha probado lo frío y lo caliente, que ha experimentado lo bueno y lo malo,

que sabe mantener una relación y cómo satisfacer una amistad, que es afable, amable, de

buen carácter y bien hablado".

 

Haré lo que pueda por conquistarte,

aunque me atormentes no podré atormentarte,

y aunque como el loro sea el azúcar tu alimento,

dulce mía, mi vida sacrificaré por tu sustento.

 

»No has caído en las manos de un joven engreído y cabezota que no para de aquí allá, que

a cada momento tiene un capricho, que cambia de opinión cada dos por tres, que duerme

cada noche en un sitio y que cada día está con un amigo.

 

Aunque un joven sea bello y seductor

no es empero fiel en el amor;

no esperes fidelidad del ruiseñor

que éste cada día va de flor en flor.

 

»A contrario que los ancianos, que rigen su vida según la razón y la educación y no de

acuerdo a los impulsos de la ignorancia y la juventud.

 

Aprovecha y búscate a alguien mejor que tú,

que desperdiciarás tu vida con alguien como tú.

 

»Le hablé tanto de esta guisa que acabé creyendo que había conquistado su corazón y que

ya era mía, cuando de repente, soltó un frío suspiro que surgía de su corazón dolorido y

me dijo: "Todo lo que has dicho, si lo ponemos en la balanza de mi razón, no podrá

contrarrestar el peso de las palabras que oí decir a mi nodriza: para una joven, es mejor

tener un flechazo en el costado que a un viejo en el regazo".

 

Cuando vio entre las manos de su marido

algo tan blando como el labio del ayunante

dijo ella: "Esto lo tiene muerto y chuchurrido

y ni con hechizos hay quien lo levante".

 

La mujer que no siente placer con su marido

en su casa sólo hay broncas y chillidos;

un viejo que no se levanta sin su bastón

¿Cómo se le pondrá el bastón en erección?

 

»Resumiendo, no había posibilidad de armonía y acabamos separándonos. Cuando se

acabó el plazo legal para las nuevas nupcias, la desposaron con un joven violento,

 

antipático, pobre y de mal carácter. Pasaba penas y calamidades y sufría mucho, y aun así

daba gracias a Dios diciendo: "Te doy gracias, oh Dios, por haberme librado de aquel

doloroso tormento y haberme bendecido con esta bendición permanente".

 

Un bello rostro y brocados finos,

áloe, afeites, deseo y esencias fragantes,

son todos éstos los ornatos femeninos;

el hombre, con la polla y los huevos tiene bastante.

 

Aun con tu mal carácter y malos tratos,

quiero complacerte pues eres guapo.

 

Quemarme contigo en el infierno

es mejor que estar con otro en el cielo;

que el aliento a cebolla de una hermosa

es mejor que de una mano fea una rosa».

 

 

Fuente: Sa’dí Shirazí, Golestán (La rosaleda), Editorial El Cobre, España

Tipo de poesía: 
Tipo de texto: 
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