De cómo el lobo y el zorro fueron a cazar acompañando al león

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De cómo el lobo y el zorro fueron a cazar acompañando al león

 Un león, un lobo y un zorro fueron juntos a cazar en las montañas para conseguir muchas presas para los tres. Aunque el fiero león se avergonzaba de los otros, les honró y acompañó por el camino. Para semejante rey, la escolta de soldados es una molestia, pero fue con ellos: un grupo unido es un regalo (de Dios). Las estrellas deshonran a una Luna así: está entre ellas por generosidad.

            Al Profeta le llegó la orden Consúltales, aunque ningún consejo puede compararse con el suyo. En la balanza, la cebada acompaña al oro, pero no porque sean la misma sustancia. El espíritu se ha convertido ahora en el compañero de viaje del cuerpo: por un tiempo, el perro es el guardián de la puerta de palacio.

            Cuando llegaron a las montañas, flanqueando al majestuoso león, encontraron un buey, una cabra y una liebre y su negocio prosperó. Al que acompaña a uno que es como un león en combate, nunca le falta la carne asada ni de día ni de noche. Cuando llevaron las presas, muertas y heridas, de la montaña a la selva dejando un reguero de sangre, el lobo y el zorro esperaron que el reparto se hiciera según la justicia de los emperadores. El reflejo de su esperanza golpeó al león: sabía en qué la basaban. Cualquiera que sea león y príncipe (de los misterios espirituales) sabe todo lo que piensa la conciencia.

            ¡Cuidado! Guárdate, oh corazón dispuesto a cavilar, de cualquier mal pensamiento en su presencia. Él lo sabe y continúa, te sonríe para enmascarar (sus sentimientos). Cuando el león percibió sus malas ideas, nada declaró y les mostró cortesía, pero se dijo: «¡Ya os enseñaré lo que merecéis, oh villanos pedigüeños! ¿No os bastó mi sentencia? ¿Es esta vuestra opinión de mi generosidad, oh vosotros cuyo entendimiento y juicio derivan del mío y de mis talentos? ¿Qué va a pensar el dibujo del pintor, puesto que le dio pensamiento y conocimiento? ¿Tan baja opinión tenéis de mí, vosotros que sois un escándalo para el mundo? Arrancaré las hipócritas cabezas de los que piensan mal de Dios. Libraré al orbe de vuestra vergüenza, para que permanezca esta historia en el mundo (como advertencia)».

            Mientras meditaba de este modo, el león sonreía visiblemente: ¡no te fíes de la sonrisa del león! La riqueza mundana es como la sonrisa de Dios: nos vuelve borrachos, vanagloriosos y raídos (privados de los medios de salvación). La pobreza y la angustia son mejores para ti, pues entonces la sonrisa quitará su señuelo.

 

 Fuente Masnavi .Traducción: Carmen Liaño

Tipo de poesía: 
Tipo de texto: 
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