De cómo los oficiales y chambelanes del califa se acercaron a saludar al beduino y a recibir su obsequio
De cómo los oficiales y chambelanes del califa se acercaron a saludar al beduino y a recibir su obsequio
Cuando el beduino llegó desde el remoto desierto a la puerta del palacio califal, los cortesanos se acercaron y le rociaron con agua de rosas. Sin que él pronunciara palabra, percibieron lo que quería pues tenían costumbre de dar antes de que se les pidiera.
Entonces le dijeron: «Oh jefe de los árabes, ¿de dónde vienes? ¿Cómo estás después del viaje y la fatiga?». Respondió: «Soy un jefe, si así me favorecéis; más indigno si me ponéis a vuestra espalda. Oh vosotros cuyos rostros llevan la marca de eminencia, oh vosotros cuyo esplendor es más grato que el oro de Jafar, contemplaros es mejor que cien vistas, ante vosotros se derraman monedas de oro, oh vosotros que veis por la luz de Dios, que venís de Dios por la munificencia para derramar el elixir de vuestro semblante sobre el cobre de los individuos, soy extranjero, vengo del desierto y espero obtener la gracia del sultán. El aroma de su gracia cubrió los desiertos y hasta los granos de arena se animaron. Hice el viaje por razón de los dinares; en cuanto llegué, me embriagué de contemplación».
Una persona corrió al panadero en busca de pan: al ver la belleza del panadero, entregó el alma. Cierto hombre fue a la rosaleda a solazarse y encontró el solaz en el jardinero, como el árabe del desierto que sacó agua del pozo y probó el agua de la vida del hermoso rostro de José. Moisés fue a buscar fuego y contempló una hoguera tal que cesó en su empeño. Jesús saltó para escapar de sus enemigos y el impulso le transportó hasta el cuarto cielo. La fruta prohibida fue la trampa de Adán, por lo que su existencia fue la semilla de la humanidad. El halcón va a la trampa por comida y encuentra el brazo del rey, la fortuna y la gloria. El niño fue al colegio para adquirir conocimiento, esperando un pajarillo como recompensa; luego llegó a ser el primero, pagó la matrícula y se volvió perfecto en conocimiento. Abbas fue a la guerra por venganza, para someter a Ahmad y oponerse a la religión verdadera: él y sus descendientes en el califato se convirtieron en la espina dorsal de la religión hasta la resurrección.
«Vine a esta corte en busca de riquezas; en cuanto traspasé el pórtico, me convertí en jefe. Traje agua como regalo para obtener pan; la esperanza del pan me llevó a lo más alto del edén. El pan expulsó a Adán del paraíso, pero hizo que yo me mezclara con los paradisíacos. He sido liberado, como los ángeles, del agua y el pan; giro por esta corte sin objeto de deseo como la esfera celestial».
En este mundo nada carece de objeto en su movimiento excepto los cuerpos y almas de los amantes de Dios.
Fuente: Mathnawi, Traducción: Carmen Liaño