EL burro hambriento
EL burro hambriento
Autor: Rumí (de su libro “Mathnawī”)
Había un aguador que tenía un burro de carácter antipático y aburrido de la existencia. Los fardos habían lastimado su lomo y éste muy cansado no esperaba otra cosa que la muerte. Sufría mucho por su poca alimentación y constantemente soñaba con una montaña de paja. El acicate había dejado, además, en sus costillas unas llagas dolorosas. El palafrenero jefe del palacio del sultán conocía al dueño del burro. Un día se cruzó con él en su camino. Lo saludó y, viendo el estado de su burro, se compadeció de él.
Preguntó: "¿Por qué está este burro tan deteriorado?
-La causa es mi pobreza, respondió el propietario del burro. También yo estoy necesitado
y mi burro tiene que sacrificarse dejando de comer." El palafrenero le dijo:
"Déjemelo unos días para que aproveche un poco los privilegios del establo del sultán."
El hombre le dio su burro y éste fue instalado en las cuadras del palacio. Allí vio unos caballos árabes, llenos de vitalidad, provistos de un buen lecho de paja y de abundante alimento. El suelo estaba limpio y aseado. Nunca llegaba a faltar nada. Y viendo que a cada momento los almohazaban, el asno elevó los ojos al cielo y dijo:
"¡Oh, Dios mío! Aunque sólo sea un burro, soy una de tus criaturas. ¿Por qué, entonces, tengo que soportar esta miseria y estas penurias? Estoy todas las noches convocando a la parca por causa de mi lomo malherido y su estómago hambriento. En cambio, la fortuna de estos rocines me causa envidia . ¿Será que esta prueba es solo para mí?"
(ver la continuación en archivo pdf)
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