El cuarto valle o valle de la independencia (istigna)

El cuarto valle o valle de la independencia (istigna)

Autor: Attar

"Viene después -continuó la abubilla- el valle donde no hay ni pretensión que tener ni sentido espiritual que descubrir. De esta disposición del alma a la independencia se eleva un viento frío cuya violencia devasta en un instante un inmenso espacio. Los siete océanos ya no son entonces más que un charco de agua; los siete planetas, sólo una chispa; los siete cielos, un cadáver; los siete infiernos, hielo roto. Entonces, sin que se pueda adivinar la razón, la hormiga, ¡cosa admirable!, tiene la fuerza de cien elefantes; entonces perecen cien caravanas en el espacio de tiempo que echa la corneja en llenarse el buche.

Para que Adán fuera iluminado por la luz celestial, millares de ángeles de verdes vestidos fueron consumidos por el dolor. Para que Noé fuera carpintero de Dios para el arca, millares de criaturas fueron privadas de la vida. Millares de mosquitos cayeron sobre el ejército de Abraham para que este rey pudiera ser derribado; millares de niños tuvieron la cabeza cortada para que Moisés viera a Dios; millares de personas tomaron el cinturón de los cristianos para que Cristo fuera el mahram de los secretos de Dios. Millares de almas y de corazones fueron sometidos a pillaje para que Mahoma subiera una noche al cielo. Aquí no tiene valor ni lo nuevo ni lo antiguo; puedes actuar o no." Si vieras un mundo entero quemado hasta el corazón por el fuego, no tendrías aún más que un sueño en comparación con la realidad. Millares de almas que caen sin cesar cerca de este océano sin límite sólo son un ligero e imperceptible rocío. Así, millones de individuos se entregarían al sueño sin provocar por esto al sol a cubrirlos con su sombra. En vano la tierra y el cielo se dividirían en menudas parcelas, que ni siquiera podrías coger la hoja de un árbol; y sin embargo, si todo cayera en la nada, desde el pez hasta la luna, se encontraría aún en el fondo de un pozo la pata de una hormiga coja. Aunque los dos mundos fueran aniquilados de repente, no habría que negar la existencia ni de un solo grano de arena de la tierra. Si no quedara ninguna huella ni de hombres ni de genios, presta atención al secreto de la gota de lluvia de donde todo ha sido formado. Si todos los cuerpos desaparecieran de la tierra, si incluso ya no existiera un solo pelo de los seres vivos, ¿qué temor podría haber? En resumen, si la parte y el todo fueran completamente aniquilados, ¿no quedaría un feto en la superficie de la tierra? Aunque fueran destruidas de una sola vez las nueve cúpulas del universo, ¿no quedaría una gota de los siete océanos?

Fuente:Título original: Mantic Uttair (¨El Lenguaje de los Pájaros¨)

 (según la versión de Garcin deTassy) © 1986 by Edicomunicación

Traducción: Josefa García; Edita: Edicomunicación S.A. Las Torres, 75 08033 Barcelona, Impreso en España

Impreso en E.S.G. s.a. Lisboa, 13 Barberá del Vallés (Barcelona)

Fundación Cultural Oriente

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Tipo de poesía: 
Tipo de texto: 
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