Estudios sobre la influencia de la literatura árabe en la poesía española moderna (Segunda Parte)
Estudios sobre la influencia de la literatura árabe en la poesía española moderna (Segunda Parte)
1932: Rafael Alberti
Otro poeta de la generación del 27, Rafael Alberti, divisó la influencia árabe en la poesía española contemporánea, desde 1932. En una conferencia en Berlín, dice Alberti:"...Asimismo comprobará que entre los poetas incluidos, oscilantes de los cuarenta a los veinticinco año, existen diferencias profundas, pero que en algunos de ellos el manadero de lo popular les sigue mojando de agua clara su obra. Observará que todos los poetas del sur guardan, quizá en aquella parte suya más difícil, una rara semejanza con sus antepasados los arábigo-andaluces de los siglos IX, X y XI, poetas no traducidos al castellano hasta hace muy poco, dos años escasos, ignorados así por sus descendientes. Quisiera leer, sin comentario, por falta de tiempo, una casida de Ostmán El Masháfi, visir de Alhaquén II y de Hixem II, (muerto en el año 982)
EL MEMBRILLO
Es de color amarillo, como si llevase una túnica de narciso, y huele como el almizcle de penetrante aroma
Tiene el perfume de la amada y su misma dureza de corazón,
pero tiene el color del amante apasionado y macilento.
Su palidez es un préstamo de mi palidez; su olor, es el aliento de mi amiga.
Cuando se irguió fragante en la rama y las hojas le habían tejido mantos de brocado,
extendí mi mano suavemente para cogerlo y colocarlo como pebetero en el centro de mi sala.
Tenía un vestido de pelusa cenicienta que revoloteaba sobre su liso cuerpo de oro.
Y cuando quedó desnudo en mi mano, sin más que su camisa color de narciso,
me hizo recordar a quien no puedo decir, y el ardor de mi aliento lo marchitó entre mis dedos.
Aquí están, en lo culto, difícil, Góngora, Juan R. Jiménez, García Lorca, etc .En el año 2000, Alberti dijo, en una entrevista con Naŷm Wali, en el periódico
árabe al-Hayat, lo siguiente:
García Gómez tenía gran influencia en la poesía de García Lorca y sobre todo influencia en mí. Lorca nunca lo mencionó pero yo soy conocedor de esto a través del mismo Lorca, y se puede apreciar claramente la influencia de estas traducciones en mi poesía
1936: García Lorca:
Federico García Lorca recuerda a los árabes cuando hablaba acerca de la poesía de Cernuda, en "Homenaje a Luis Cernuda" el 21 de abril de 1936, dice:
"...la voz de Luis Cernuda erguida suena original, sin alambradas ni fosos para defender su turbadora sinceridad y belleza.
La pluma que dibujó los primorosos mapas de los árabes, la que inventó clavellinas y negras mariposas en las cintas de los niños muertos..."
1942: Emilio García Gómez
En el prólogo de la segunda edición de El libro de las banderas de Ibn Sa´īd, de 1942, dice García Gómez:
“Como se ve por lo dicho, El libro de las banderas ha desempeñado en mi modesta labor un papel fundamental, con dos manifestaciones distintas aunque paralelas: la literaria, representada por las traducciones de los Poemas arábigo andaluces en su varias formas y ediciones. . .
La antología de Ibn Sa´īd al-Magribī, que se me vino a las manos de modo impensado y casi milagroso durante mi época. Dos felices circunstancias estudiantil del Cairo cronológicas vinieron en mi publicación a hermanarse con la belleza y con la sintética concisión de la obra.
La primera circunstancia es que su revelación venía a llenar un vacío en el campo del arabismo. . .
La segunda circunstancia cronológica es estrictamente local porque se refiere a España. Si mis Poemas arábigoandaluces tuvieron un éxito mayor del que me hubiese atrevido a esperar, no se debió por supuesto a mérito mío. Influyeron el filoarabismo latente en muchos sectores (no todos) de la idiosincrasia nacional; las pasiones locales, a las que facilitaba el antes aludido encuadramiento geográfico de la colección, la búsqueda de literatos medievales coterráneos; y quizás algunas afinidades, primero confusamente sentidas y luego mejor explicadas, entre la poesía arábigo andaluza y la castellana barroca, en lo que ambas tienen de rimbombante. . . Mis Poemasen 1928 y 1930 llovían sobre el suelo recién mojado de la polémica y trascendente conmemoración centenaria “Góngora, que dio lugar en nuestra poesía a la celebérrima “generación del 27”, la cual se aunaba a orillas del Betis por los mismos días en que ya trabajaba mi manuscrito en las riberas del Nilo. Era la misma luz e idéntica pasión por imágenes, metáforas, pompas, y vanidades líricas. Hoy una recepción así de mis Poemas (aunque éstos sigan vivos) sería inconcebible. Pero también sobre esto insistiré al hablar, como voy a hacerlo a continuación, de la acogida que tuvieron mis libros sobre los poetas de al-Andalus
1948:García Gómez otra vez
En la opinión del arabista Emilio García Gómez, en su libro Silla del Moro, y lo ha repetido en en el prólogo de la edición de Mario Hernández de Diván del Tamarit, que sus traducciones han influido en el Divánde García Lorca, y nos habla de los orígenes de este libro, dice:
"En el salón romántico de la Casa de los Tiros -cortinas blancas, clave y quinqué- Federico García Lorca nos había leído a un grupo de amigos su nueva tragedia Yerma.Improvisadamente, después, nos habíamos reunido a cenar en un comedor castizo, sobre un fondo de voces de borrachos donde se pudrían las coplas...
Cambiando proyectos literarios, yo le decía a Lorca que mi propósito era dedicar un libro a un magnate árabe -Ibn Zamrak- cuyos poemas han sido publicados en la edición de mayor lujo que el mundo conoce: la propia Alhambra, donde cubren los muros, adornan las salas y circundan la taza de los saltadores. Lorca nos dijo entonces que él tenía compuesto, en homenaje a estos antiguos poetas granadinos, una colección de casidas y gacelas es decir, el Diván, que del nombre de una huerta de su familia, donde muchas de ellas fueron escritas, se llamaría del Tamarit
García Gómez describe la colaboración entre los amigos de García Lorca para publicar el libro:
"Antonio Gallego Burín, como Decano de la Facultad de Letras, le pidió el manuscrito. Lorca accedió gustoso. Francisco Prieto ofreció diseñar la portada. Yo quedé comprometido -perdóneme el lector- a escribir estas líneas".
La opinión de García Gómez es que la influencia árabe en este Diván, es mínima:
"Cierto es -¿habrá dos cosas que no se parezcan en algo?- que, a veces, se puede descubrir en el Diván alguna semejanza con la lírica árabe".
García Gómez da algunos ejemplos de la posible influencia:
"Así la presencia del tema de la visita nocturna:
La noche no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.
O la valiente desmesura de algunas metáforas:
La penumbra con paso de elefante
empujaba las ramas y los troncos.
Otras veces los versos se tornasolan con una policromía de miniatura irania:
Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente.
Algún acento de amor recuerda vagamente la mórbida pseudo-castidad beduina:
Déjame en un ansia de oscuros planetas, pero no me enseñes tu cintura fresca.
No obstante , en general y por fortuna, los poemas de Lorca se separan de los versos árabes en que no son esclavos de la gramática, sino que es la gramática su esclava
1950: José Luis Cano
1950 José Luis Cano, amigo y discípulo de esta generación, ha sido más claro, y ha detallado más acerca de la posible influencia de la poesía árabe en Cernuda, en su artículo "Keats y Cernuda”, de 1950, donde dice:
"En su libro Ocnos, cuyas páginas están traspasadas de pasión por la belleza, escribe Cernuda estas palabras: "Algunos creyeron que la hermosura, por serlo, es eterna.
Pero aun cuando no lo será, ella y su contemplación son lo único que parece arrancarnos al tiempo durante un instante desmesurado." Y en otro relato suyo, "El indolente" encontramos la misma seducción del espíritu humano por la hermosura de cosas y seres....
En el prólogo a sus admirables Poemas arábigo andaluces señala Emilio García Gómez cómo en la poesía de los árabes andaluces es una constante el tema de la adoración de la belleza física. Es raro el poeta en quien ese sentimiento no se expresa con intensidad, pero es posible que en los andaluces, por esa misma herencia árabe, sea aún más apasionado
En otro artículo, José Luis Cano, avisa sobre la semejanza entre algunos poemas del poeta de la generación del 27, Manuel Altolaguirre, y la poesía árabe. En su artículo titulado "Manuel Altolaguirre, poeta de la nube", dice Cano:
"En mi futura Antología de la nube, Altolaguirre está representado con cuatro poemas, que comentaré aquí brevísimamente. El primero de ellos, en cuanto a su fecha de
aparición, es este poema titulado "A la nube":
Ni un músculo se mueve
en tu fuga veloz, nube tranquila;
no eres ya como el cuerpo
líquido que saltaba
en la tierra, en tu vida;
no eres ola ni río,
eres un alma o ángel
que pese a su blancura
ha de ser condenado
a deshacer su túnica
en lluvia, nieve o llanto.
Se publicó este poemita en la segunda edición de Las islas
invitadas(Madrid, julio de 1936). Altolaguirre cedió en él a la vieja metáfora de la nube
que misteriosamente, se transforma en llanto- las lágrimas de la lluvia- metáfora grata
desde antiguo a los poetas árabes, como por ejemplo, el andaluz Abu Abd al-Malik
La nube es como un amante apasionado:
en el trueno está el ardor y el lamento;
los relámpagos son el juego de su amor;
la lluvia, sus lágrimas fluyentes.
El poemita de Altolaguirre se salva, sin embargo, del tópico gracias a la delicadeza
aérea de sus versos y al bello final:
a deshacer su túnica
en lluvia, nieve o llanto.
La misma metáfora encontramos en otro poema de Altolaguirre, titulado “A una
nube", y publicado en la tercera edición de Las islas invitadas (Poemas de las islas
invitadas, México, 1944). He aquí su texto:
Como el alma de un río,
como el sueño de un árbol,
la nube por el cielo
desdeñosa avanzando
desprecia las miradas
amorosas del campo.
Perderá su hermosura
deshaciéndose en llanto
cuando su amor conceda
a la sed de unos labios.
No te entregues, blanquísima
virgen de los espacios,
que tu amante es el polvo
y tu amor será el barro.
Como en el anterior, es la delicadeza aérea de los versos y la belleza de su final lo que rescata al poema del usado clisé poético. Sobre todo, el intenso piropo que dedica a la nube: Blanquísima virgen de los espacios. El poeta quiere detener el sacrificio de la nube, que perderá su hermosura al conceder su amor-sus lágrimas= lluvia- a la sed de unos labios: los del campo, que contempla amoroso su delicado y desdeñoso vagar. Y quiere advertirle del triste y fatal destino que le espera si consuma su sacrificio de amor: confundirse con el polvo y el barro"
Fuente: LA POESÍA ÁRABE Y SUS RELACIONES CON LA POESÍA ESPAÑOLA (LA GENERACIÓN DEL 27),Sabih Sadiq Hasan, Universidad Complutense de Madrid, 2008