Historia de la Literatura Persa (poetas contemporáneos)
La corriente que surgió con los poetas del estilo renacentista no sólo apoyó al movimiento constitucional, sino que preparó el camino para la siguiente generación de poetas. Otros movimientos históricos importantes como la primera guerra mundial, el golpe de estado del año 1299 h./ 1920 d.C., y finalmente la caída del gobierno de Qāyār y comienzo del gobierno Pahlaví (Rezā Jān) procuró tanta celeridad a las actividades literarias que cada vez había menos interés hacía las normas clásicas.
Tras los sucesos de septiembre de 1941 en los que el gobierno del Reino Unido exilió a Rezā Jān en Johannesburgo y como consecuencia de su marcha, se abrió la esfera política de Irán. Se liberaron a los presos políticos, se celebraban mítines y se levantó la censura sobre libros y periódicos. Estos acontecimientos unidos a todo lo que estaba por ocurrir hasta el golpe de estado de agosto de 1953 crearon una situación propicia para la evolución de la poesía.
En paralelo a los movimientos políticos se dieron cuantiosas obras que reflejaban los aspectos y causas sociales y revolucionarias que favorecían al movimiento literario. Durante los años 1320 y 1330 (correspondientes a los años 1941 al 1961) algunos poetas iraníes como Taqí Rafa’t, Šams Kasmāí, Mirzādé Ešqí y Nimā Yušiy entre otros, asentaron los fundamentos de la “nueva generación de poetas de Irán” que posteriormente se vio reforzada con la aparición de Ahmad Šāmlú, Nosrat Rahmāní, Hušang Ebtehāy, Siawoš Kasrāí, Ismāil Šāhrudí...
En esta época fue en aumento el interés por los temas socio-políticos y la tendencia a la lectura de obras extranjeras que presentan estilos y conceptos nuevos, propios de occidente. Todo lo contrario al estilo clásico utilizado hasta este tiempo que se expresaba en un lenguaje demasiado artificial y pulido. Uno de los rasgos del momento, era el de aproximarse a las gentes para captar un lenguaje sencillo conocido por todos, pues esta poesía tenía como objetivo, acercarse a la vida cotidiana y real y cambiar junto con el dinamismo de la sociedad.
Entre los años 1350 y 1360 h. (1971-1981 d. C.), la “nueva generación de poetas de Irán” se perfeccionó con obras de importantes figuras entre las que cabe destacar a Ahmad Šāmlú, Medí Ajawān Sāles, Foruq Farrojzad, Nāder Nāder Pur, Yadollāh Royāí, Hamid Mosaddeq, Fereidun Moširí y Sohrāb Sepehrí. Estos poetas fueron de los más influyentes al promover una gran tendencia en los poetas posteriores.
Según lo mencionado, la mayor parte de las obras de esta generación, hasta finales de la década iraní de los 50 (1971) reflejaban las crisis socio-políticas aunque algunos se basaban en otras cuestiones y empleaban un lenguaje distinto para expresarlas. Por lo tanto había poetas como Sepehrí que no se estancaban en el tema reivindicativo o la lucha y preferían solucionar los problemas de forma pacífica. En esta generación también había poetas que para dar a conocer su opinión, utilizaba los símbolos de la paciencia y la paz, invitaban a observar todo de otra manera, prestar atención a otros aspectos de la vida, fundirse de otra forma en la imagen del ambiente, contemplar de otro modo la naturaleza, romper la corteza material y observar todo con una mirada más profunda con una visión casi mística.
El uso de la métrica en la poesía fue de gran importancia antes de la aparición de esta generación, puesto que todos los poetas seguían de forma estricta la manera clásica de escribir poemas e intentaban hacerlo siempre según un orden silábico. Era imposible dejar de usar la métrica y las normas habituales de golpe, por lo que los primeros poetas de este movimiento crearon un puente entre el verso silábico y el libre o no silábico. Los poetas que precedieron a Nimā manifestaron este proceso y en gran número de obras, se presenta una lengua que se expresa libre de las reglas clásicas. No obstante esta generación, rechazó muchas de las limitaciones de la poesía clásica, principalmente en el caso de la métrica, pero no lo hizo con el ritmo, o lo que se llamaba “música íntima”. Para Nimā el ritmo y la música eran los elementos principales, pero los utiliza de tal forma que su poesía es una mezcla de lo clásico y lo nuevo. Entre los poetas más destacados de este tiempo que seguían las normas clásicas en su poesía podemos destacar a: Parvín Etesāmí, Mohammad Taqí Bahār, Mohammad Hossein Šahriār, Amirí Firuzkuhí, Rahí Moa’yeri, Mehrdād Avestā,
De acuerdo con la métrica y el ritmo, los tipos de poesía más destacados son:
-Estilo libre (Nimāí): Al igual que en la forma clásica los poetas están obligados a utilizar la métrica con la salvedad de que el poeta puede elegir el número de sílabas que desee.
-Estilo blanco: A pesar de que no es el más habitual, también dejó su huella en los trabajos de esta generación. Los poemas se recitan siguiendo la música intima o interior; es decir que no se aprecia el orden silábico pero si se nota una aliteración entre las palabras y en el conjunto de las palabras que forman un verso.
-Estilo abierto (nueva ola): Es el empleado por los últimos miembros y principales de esta generación, no reconoce ninguna ley para crear una obra poética y es la forma más sencilla de expresar los sentimientos sin limitación alguna. Sohrāb Sepehrí nació en el año 1307h.s./1928 d.C. en Kāšān, una ciudad del centro de Irán. Su padre era artesano y artista, pintaba y hacía instrumentos musicales que después tocaba. Desde muy niño Sepehrí, sentía una gran pasión por la pintura que se extendió a lo largo de su vida; cuando era pequeño su mayor diversión consistía en pintar las paredes con un pedazo de carbón. Estudió en su ciudad natal hasta los 21 años. En 1949 se marchó a Teherán para ingresar en la Universidad de Bellas Artes donde se licenció con las mejores clasificaciones de su promoción.
Escribió su primer libro de poesía cuando todavía era estudiante. En sus comienzos se basaba en la manera clásica, más tarde, en el año 1327 h.s./1948 d.C. publicó “La Muerte de Color”, su primer libro de poemas al estilo de la nueva generación de poetas, en el que se aprecia una gran influencia de Nimā Yušiy, otro poeta de su generación.
A partir de esta fecha realiza muchos viajes por el mundo para dar a conocer sus obras. En un viaje a Francia se matricula en la Universidad de Bellas Artes de París, pero debido a la delicada situación que vivía este país a causa de su guerra contra Argelia, decide volver a Kašan. En Japón aprende a tallar y labrar la madera y adquiere experiencia en otros viajes a Afganistán, Pakistán, Estados Unidos, y Brasil. Aprende inglés, francés y un poco de japonés para poder leer las obras de los poetas del mundo. Entre sus trabajos existen algunas traducciones de Haiko (poesía japonesa).
La obra de Sepehrí está contenida en numerosos libros de poesía pero la mayor parte de sus poemas se reúnen en un conjunto llamado “Hašt Ketab” (ocho libros). Se aprecia claramente la evolución de su pensamiento y la calidad de sus obras desde su primer libro hasta el último; el primero de ellos “La Muerte de Color” comienza así:
...hace mucho que en esta soledad/ el color del silencio está en el dibujo de los labios/ me llama un sonido desde lo lejos/ pero mis piernas están en la brea de la noche. . . /
Y la última “Nosotros nada, Nosotros Mirada” termina de este modo:
En la palabra “mañana” Amanecerá la mañana.
En su poesía, las cosas y sobre todo la naturaleza que le rodea, juegan un papel muy importante. Los elementos naturales y otros símbolos, que utilizamos en la vida cotidiana, resultan ser las mejores fuentes de inspiración para el poeta. Tiene una interpretación muy delicada de la vida y esta visión es el resultado de su unión con la naturaleza, que le brinda la oportunidad de sumergirse en los secretos ocultos de todo lo natural. Su intención es la de prestar atención a la belleza silenciosa de todo lo que consideramos sencillo y sin valor. Esta forma especial de ver las cosas, da alma de místicos a sus poemas y en algunos llega hasta el Panteísmo. Una de las características de la poesía de Sepehrí es el uso de símbolos naturales como medios principales para expresarse. En todos los versos intenta llamar la atención hacia los miembros más pequeños y casi de menor de importancia de su mundo natural y el respeto a todos las leyes lógicas de este mundo. Fuera de esto nada tiene sentido razonable. Es la naturaleza la que le ofrece el camino para crear poemas y como indica en una de sus composiciones: “Algo me llama hacia el lado original de las cosas”. En una palabra, la naturaleza en la poesía de Sepehrí se convierte en una utopía dotada de hermosura.
Conocer el secreto de la flor roja no es nuestro cometido,
Nuestro trabajo quizás sea flotar en el secreto de la flor roja.
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Fuente: Saeid Hooshangi, ¨Historia de la Literatura Persa¨. Editorial Instituto de Iranología de Madrid .2005
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