Historia del pobre árabe del desierto y del altercado que tuvo con su esposa debido a su penuria y pobreza
Historia del pobre árabe del desierto y del altercado que tuvo con su esposa debido a su penuria y pobreza
Una noche, una beduina le dijo a su marido, parloteando sin cesar: «Padecemos pobreza y necesidad; todo el mundo vive feliz menos nosotros. No tenemos pan, nuestro único condimento es la angustia y la envidia; no tenemos jarra, nuestra única agua son las lágrimas de nuestros ojos. De día nuestra ropa es el ardiente Sol; por la noche nuestra manta está hecha de rayos de Luna. Imaginamos que la Luna es una hogaza de pan y alzamos las manos hacia el cielo. Los más paupérrimos se avergüenzan de nuestra penuria; el día se oscurece por nuestra angustia de cómo obtendremos el alimento cotidiano. Parientes y extraños nos rehuyen como Samiri se apartó de los hombres. Si mendigo un puñado de lentejas me dicen: “¡Cállate, oh muerte y plaga!”. Los árabes se enorgullecen de luchar y de regalar: tú eres, entre los árabes, como una falta de caligrafía. ¿Cómo vamos a luchar? Estamos muertos sin pelear, la espada de la necesidad nos aturde. ¿Qué obsequios podemos ofrecer? Mendigamos constantemente, cortamos la vena de cazar el mosquito al vuelo. Si llegara un huésped, le robaría su remendado manto por la noche».
Título original: Mathnawi;Traducción: Carmen Liaño