Introducción al Golestán
Introducción al Golestán
Autor: Sa’dí Shirazí
Traductor: J .Ross 2007
Alabado sea Dios, su gloria y su majestad, que
si le obedecemos, a él nos acercamos, y si
le mostramos gratitud vemos acrecentadas
nuestras bendiciones. Cada inspiración
prolonga la vida, cada espiración alegra el ánimo; así pues, en cada respiración hay dos
bendiciones, y por cada una de ellas hay que mostrar gratitud.
¿La lengua y la mano serán suficientes
para mostrarle la gratitud que merece?
¡Familia de David! ¡Dad gracias! ¡P
ocos de mis siervos son agradecidos!
Es mejor, si uno transgrede,
al Señor pida perdón.
Que nadie comportarse puede
según lo merece Dios.
La lluvia de su ilimitada gracia ha llegado
a todas partes y el mantel de su pródiga
bendición se ha extendido por doquier. El no rasga el velo del honor de sus siervos por un
pecado grave ni corta el sustento por un error reprobable.
¡Oh, generoso! De tu tesoro arcano
das sustento al guebro y al cristiano.
¿Cómo privarás pues a los amigos
si tanto miras por los enemigos?
Él dijo a su chambelán, la brisa matutina, qu
e extendiese la alfombra color esmeralda, y
ordenó a sus nodrizas, las nube
s primaverales, que criasen a la
s hijas de las plantas en la
tierra de su cuna, vistiesen los árboles con el
verde follaje de noruz y ornasen los retoños
de las ramas con capullos a guisa de sombrero
s preparados para la llegada de la prima-
vera. Por su poder el jugo de la caña sabe
a deliciosa miel y mediant
e su cuidado el hueso
de un dátil se convierte en una alta palmera.
Trabajan el Sol, la Luna, las nubes y el viento
para que no seas indiferente al obtener tu sustento.
Por ti todo gira y acata las leyes;
no sería justo que tú no obedecieres.
Hay un hadiz del Señor de la existencia, el ho
nor de las criaturas, la misericordia de los
habitantes del mundo, la pureza de la humani
dad y el culminador de las eras, Muhammad
el ungido, sobre él y su familia sea la paz.