Keigobad y su reino cien años (primera parte)
Keigobab se sentó en el trono de los Keianidas y colocó sobre su cabeza la corona adornada de joyas. Todos los grandes, como Zal y Garen, el guerrero, Keschvad, Jerrad y Berzin,el héroe, se congregaron y vertieron joyas sobre esa nueva corona. Después ellos dijeron : ¨¡Oh rey!, haz los preparativos para el combate contra los turcos. ¨Gobad escuchó lo que los grandes decían de Afrasiab y pasó revista a su ejército y, al día siguiente, sus valientes se pusieron en marcha. Un gran ruido se alzó de las tiendas del rey. Rostam revistió su armadura de guerra e hizo levantar el polvo como un elefante furioso. Los iraníes se formaron en filas y se ciñeron para derramar sangre. en uno delos francos estaba Mehrab, el señor de Kabul, del otro Kustehem, el valiente ; al centro estaba Garen, el guerrero, justo con el valiente Keshvad, el destructor de ejércitos Rostam, el Pahlevan, adelantaba al ejército y los grandes y valientes lo seguían. Después de ellos venían Zal y Keigobad. De un lado estaba el fuego, del otro, el huracán. El estandarte de Kaveh era llevado delante de ellos y el mundo recibió un reflejo amarillo, rojo y violeta. La faz de la tierra, cubierta de esa multitud, se encontraba agitada como un navío cuando las alas se alzan en el Mar de la China. Escudos cubrían a escudos en las llanuras y, sobre las montañas, las espadas relumbraban como llamaradas.
Fuente: “Shahname” –Libro de los Reyes–
Organización de Publicaciones, Teherán, 2013
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