La influencia musulmana en la cultura hispano-cristiana medieval

La influencia musulmana en la cultura hispano-cristiana medieval

 

La dilatada presencia musulmana en la Península Ibérica ejerció, sin duda,una fuerte influencia sobre los reinos cristianos fronterizos. Hay que tener encuenta que los musulmanes fueron portadores durante el Medievo de una cultura superior a la del Occidente cristiano, en general, y a la de los reinos hispánicos,en particular.Los musulmanes penetraron en España en el 711 y fundaron diversas entidades políticas hasta 1492, año en que los Reyes Católicos tomaban Granada,capital del último estado hispano-musulmán . Tras esta fecha el Cardenal Cisneros instó a la conversión de los mudéjares —los musulmanes que habían quedado bajo dominio cristiano- al cristianismo ya que, de lo contrario, serían expulsados. Muchos se convirtieron pasando a ser moriscos. Gran parte de éstos eran cristianos sólo aparentemente y fueron todos ellos expulsados de España en el reinado de Felipe III.

En definitiva, fueron más de ocho siglos de presencia musulmana—manifiesta o soterrada- en Espata y ello no podía por menos de dejar huella. De hecho, desde el siglo XIX varios autores se han ocupado de los rasgos culturales españoles procedentes del Islam.

Tal como hace notar Thomas F. Glick, el hispanista inglés Richard Ford viajó por Espata hacia el año 1830 y vio gran variedad de costumbres y de técnicas procedentes de lo islámico, siendo el primero que comparó sistemáticamente las culturas hispano-cristiana e hispano-musulmana2. Más adelante, Julián Ribera sostuvo que se había producido en la España Cristiana medieval una adopción generalizada de elementos procedentes de la civilización islámica. Observó las semejanzas entre el juez de apelación aragonés medieval (el Justicia) y el mazzalim musulmán, además de influencias en la literatura. Paraexplicarlo desarrollé una teoría por la cual entre dos culturas en contacto tiene lugar un intercambio, dependiente de factores como la geografia o el tipo de comunicación que haya entre esas culturas. Con posterioridad, durante la primera mitad del siglo XX una serie de ensayistas, filósofos e historiadores comenzaron a preguntarse qué era lo español o cuándo se formaba lo español. Sobre esto polemizarían Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz. El primero sostenía en España en su historia publicada en 1948, que la cultura española había surgido como resultado de la interacción entre musulmanes, cristianos y judíos. A su juicio, los españoles eran el resultado del entrecruce de esas “tres castas” de creyentes. Para Castro, la unión y desunión de los pueblos peninsulares durante la dominación musulmana fue elaborando un proceso que hizo surgir a los españoles y les hizo percibirse como tales. Opina, además, que los españoles cristianos lograron singularizarse a través de la guerra contra los musulmanes, sin intervenir ninguna particularidad existente. Frente a todo esto, Claudio Sánchez Albornoz respondía en 1956 con su obra España: un enigma histórico5, en la que afirmaba que Castro había exagerado los contactos entre los musulmanes y los cristianos españoles, ya que, al ser conflictivos, no podían llevar a un intercambio cultural creativo. Para Sánchez Albornoz, el “homo hispánicus” estaba ya perfilado antes dcl 711, si bien habría sido la constante lucha contra los musulmanes en la Reconquista lo que habría contribuido a profundizar los rasgos diferenciadores de los españoles y a obstaculizar su potencial islamización. Pese a ello, Sánchez Albornoz no negaba la influencia de lo hispano-musulmán y apuntaba una serie de préstamos culturales como la música melódica de Oriente, transformada en coral por los andaluces o la incorporación de elementos arquitectónicos diversos. Mas, según él, esta recepción de algunos elementos culturales no habría hecho cambiar el estilo de vida de los cristianos españoles, madurado en siete siglos de pugna con el Islam.

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