Las riquezas (segunda parte)

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La riqueza (segunda Parte)

Autor: Rumí (de su libro “Mathnawī”); Traducción del francés del texto ¨Rûmî et le Soufisme¨, Eva de Vitray-Meyerovitch: Dr. Abdulwali Amilcar

El acusado dijo:

  "¡Oh, hijo siervo de Dios! Desde hace siete años, suplico a Dios de amanecer a amanecer. Pido que dé subsistencia sin que yo tenga que preocuparme de ella. Eso lo saben hasta los pequeños de este lugar. Todos han escuchado mis plegarias y se ríen de mí. Mientras rezaba entro este animal a mi morada. Al responderse mis plegarias tomé lo que Dios me había enviado.

El Profeta David (P) dijo:

  "¡Lo que dices no es claro! Ante la ley este acto es injustificable. No puedes tomar algo sin saber quiénes su dueño .Debes devolver a este hombre el equivalente de lo tomado"

  El pobre respondió:

  "¡Dios mío! Tú que ves todo lo oculto. Devela la verdad a tu siervo David. "   Las súplicas del hombre conmovieron a David que buscó la soledad para meditar.

Dios le otorgó la verdad y le señaló al verdadero culpable.

  Al siguiente día David se presentó ante los dos hombres. El dueño del toro vociferaba su reclamo ,por lo que el Profeta le increpó :

  "Haz silencio, este hombre tenía toda justificación para matar tu animal. Dios ha mantenido tu oculto secreto. En cambio acepta lo ocurrido."

  El demandante gritó:

  "¿Esto es justicia? ¿Dónde está tu sapiencia en leyes? "

El lugar tomó efervescencia. El Profeta David (P) dijo al que protestaba:

  "¡Hombre tonto! ¡Haz silencio y dale todo lo que tienes a este hombre. Si no lo haces todos tus secretos se harán públicos."

El demandante entre desgarros de ropas y gritos replicó:

  "Esta forma de justicia me lacera”

  David le dijo:

(ver la continuación en archivo pdf)

 

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Tipo de poesía: 
Tipo de texto: 
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