El lomo del león
El Jesús de tu espíritu está ahora dentro de ti
Pídele ayuda, pero no pidas cosas del cuerpo
Como el joven tonto de la historia,
Que insistía que Jesús pusiera cuerpo
A algunos huesos que había encontrado.
No pidas a Moisés las provisiones
Que puedas obtener del Faraón.
No te preocupes mucho del sustento
Tu sustento se proveerá como se debe
Estas constantemente ocupado (en vez de eso)
Escuchando a Dios.
Jesús pronunció el Nombre sobre el montón de huesos
Y un león negro volvió a la vida, agitó una vez sus garras
Y abrió el cráneo del joven.
Sus sesos fueron dispersados y aplastados.
Jesús le preguntó al león, “¿Por qué lo maltrataste
Tan pronto y de ese modo?”
“Porque te estaba molestando”
“‘Y por qué no bebiste su sangre?”
Mucha gente es como ese león. Ellos rabian de hambre
Y abandonan el mundo, sin haber comido
Entonces aquellos que mataron.
Ellos tenían los medios materiales,
Pero permanecen insatisfechos.
El león explicó “Matar a ese hombre fue una
Advertencia para otros. Yo estuve muerto. Pero
No hay ahora comida para mí en este lugar.
El súbito ataque del león es el justo castigo
Para aquellos que insultan al espíritu
Para esos que encuentran un arroyo puro y orinan en él.
Si conoces la naturaleza del arroyo,
Inclina tu cabeza dentro de él.
Una persona encuentra a un profeta
Y de algún modo no dice:
“Señor, ayúdeme a ser”.
¿Cómo es que pides bienestar físico,
Y no una existencia verdadera?
¿Eres como un perro que amas tanto los huesos?
¿Eres como una sanguijuela que desea sólo sangre?
¿Por qué estás tan ciego a lo que el alma necesita?
Llora por ti como cuando llora una nube,
Y entonces las ramas refrescan.
O como cuando una vela derrama lágrimas y
Se toma más brillante.
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