Anoche vi a los ángeles

Anoche vi a los ángeles

Anoche vi a los ángeles llamar a la puerta de la taberna,

amasaban el barro del hombre, y el vaso daba su medida.

Ellos, los que habitan el templo de lo oculto y el candor del universo angélico,

 me acompañaron, a mí, mendigo de las calles, a beber el vino de la ebriedad.

Al dar gracias a Dios por la Paz alcanzada entre él y yo,

la copa de gratitud vaciaron, bailando, los sufíes.

Los cielos no pudieron soportar el peso de la prenda.

Cayó la suerte en el nombre de ese loco que soy yo.

No es fuego aquel cuya llama despierta la risa de la vela.

Fuego es aquel que prende en la levedad de la falena.

¡De las querellas de las setenta y dos sectas, apartaos!,

que por no ver la verdad crearon fábulas distintas.

Ni por un fardo de ideas dejamos nosotros el camino,

pues de una sola semilla el hombre terrestre fue creado.

Nadie como Hafez del rostro del pensamiento quitó la máscara,

desde que están rizando el rizo los que cortejan la palabra.

 

Fuente: Hafez Shirazí, 101 Poemas

Tipo de poesía: 
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