Cinema

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En un mundo donde las empresas de comunicación alcanzan con sus redes los lugares más recónditos del planeta, éstas cada vez más se convierten en importantes herramientas del imperialismo, en los tentáculos demoníacos que manosean las voluntades de las masas. De este modo, hoy en día aparecen en las noticias verdaderos cócteles de mentiras en contra del Islam y los musulmanes.

La explotación de este recurso para atacar a la religión de Dios, idiotiza cotidianamente a la gente que robotizada por el mismo sistema no ve más allá de las apariencias y se forma una opinión que en nada encaja con lo que es nuestra sagrada religión.

Pero no ha bastado con esto, sino que a ello le han agregado un ingrediente ponzoñoso para sazonar su infernal platillo: han hecho de nuestras vidas verdaderas películas al mejor estilo de Hollywood, con un reparto estelar, que da lo mejor de sí para representar su rol de ‘musulmanes’, es así como todos hemos sido testigos de los monumentales trabajos de la mundialmente aclamada Al-Qaeda Productions, con su guionista y director, un tal Osama Bin Laden, que es una división de la ya célebre CIA & Mossad Brothers. Pero lo que aún está de moda es la saga Invasión a Irak, un proyecto de la Twenty Century Bush filmada por Armitas Unidas, que se consagró ganando «la maldición de Dios y de los hombres».

El problema es que quienes mueren son gente de verdad, no son actores, ni personajes generados por computadora. Son personas como nuestra abuela, chicos como nuestros hijos. Son musulmanes como vos y como yo, asesinados impíamente, despojados de todo como en Palestina. Son gente como nosotros. Pero Dios -Exaltado sea- ha dicho: «Y quien mate a un creyente premeditadamente, tendrá la gehena como retribución, eternamente. Dios se irritará con él, le maldecirá y le preparará un castigo terrible.» (Corán 4:93)

Pese a los embates de que somos objeto seguimos de pie, imbatibles, porque « ¡confiamos en Dios! ¡Señor, fallá según justicia entre nosotros y nuestro pueblo! Vos sos Quien mejor falla» (Corán 7:89).

Asimismo, se nos ha prometido un salvador, salido de la casa de nuestro amado Profeta Muhammad (PB), él es su doceavo descendiente: El Mahdi (P). Él es el Imam de nuestra época y debemos seguirlo a través de sus representantes, porque «quien no tiene un Imam, su Imam es el demonio» y «quien muere y no conoce al Imam de su tiempo, ha muerto una muerte de la época de la ignorancia (preislámica)»

Si obramos tal y cual Dios –Exaltado sea- nos ha ordenado en el Sagrado Corán; si seguimos la tradición del Mensajero de Dios (PB) que ha sido transmitida fielmente por los Imames Inmaculados de Ahlul-Bait (P) no tendremos que temer y no estaremos tristes. No seremos parte de los que sufren.

No seremos infelices en esta vida ni en la Última.

Sigamos el «camino recto» pues «quien desobedece a Dios y a Su Enviado está evidentemente extraviado» (Corán 33:36)

El imperialismo sionista-estadounidense se ha convertido en la más guapa faz del demonio; ha transgredido «los límites de Dios», ha abofeteado nuestras culturas, ha seducido y violentado nuestros pueblos, humillando a nuestras madres y padres.

El Imperio ataca fieramente la religión de Dios; es nuestro deber defenderla propagando la verdad. Mostrándole al mundo que el Islam es paz, sumisión al Dios Único.

Creyentes de todo el mundo, hermanos y hermanas ese es nuestro trabajo, actuemos ahora mismo, «evitá la postergación, porque ella es como un mar en el cual muchos se ahogan…» (Imam Baquir –P)

Fuente: EL CORAZÓN EN LA REVOLUCIÓN, Mustafa Al-Salvadori, Editorial Elhame Shargh, Fundación Cultural Oriente, www.islamoriente.com

Tipo de poesía: 
Tipo de texto: 
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