El León, el lobo y el Asno

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El León, el lobo y el Asno

 

Se cuenta que el león, rey del bosque, cayó enfermo. Todos los animales vinieron a verlo para desearle un buen restablecimiento.

Entre los visitantes, estaba el zorro, gran sabio del bosque, le dice a su rey:

-Si quieres curarte, debes hacer la peregrinación a la Meca. Estás enfermo a causa de tus pecados: mataste y agrediste a un gran número de animales; comiste a no sé cuántos hombres….

- tienes razón, querido sabio.

Pero la Meca está muy lejos de aquí.

¿Quién podrá acompañarme?

- Yo -propone el lobo- es una buena ocasión para purificarme de todos mis pecados.

- Pero ¿qué pecados cometiste, querido lobo?

- comí varias ovejas, varias gallinas, sin olvidar las granjas que saqué.

- De acuerdo -dice el león-, acepto que me acompañes.

En la linda del bosque, se encuentran al asno.

- Vamos a la Meca.

- ¿Puedo ir con vosotros?

- ¿Tú también cometiste pecados?

- Claro que sí, mi rey. ¿Existe sobre la tierra un hombre o un animal que esté libre de pecados?

Comí a menudo una hierba que no me pertenecía, trigo que había robado, la alfalfa de un amigo……

- Bueno, bueno. Si es así, ven con nosotros.

Un mes después, llegan a un gran desierto.

Dos días de marcha sin comer nada.

Al tercer día, el león dice al lobo:

- No vamos a quedarnos tres días sin llevarnos nada a la boca.

El lobo responde:

- Entre nosotros, no estamos faltos de comida.

- ¿Pero de qué comida se trata?

- Observa a ese herbívoro que nos acompaña………

¿No es comida?

- Si vamos a la Meca para purificarnos de todos nuestros pecados,

¡No podemos cometer uno antes de llegar!

- Pero, Majestad, ¡se trata de nuestras vidas!

Nos lo comemos y, una vez que estemos en la Meca, imploraremos el perdón del Eterno.

- Pero ¿cómo conseguiremos comerlo?

- No te preocupes por eso.

El asno lo había escuchado todo…….

El lobo dice:

- Los tres vamos a morir de hambre. No es normal.

Uno de nosotros debe sacrificarse; en la otra vida Dios reconocerá su acción.

- Pero ¿quién va a sacrificarse, dice el león.

- El más pequeño de entre nosotros, dice el lobo.

- ¿Entonces serás tú!

- No hablo de la talla; hablo de la edad.

El más joven debe sacrificarse……

- ¿Qué edad tiene su majestad?

- He nacido 7000 años antes del nacimiento de Adán.

- Eres muy viejo, Majestad, mucho…….

El León:

- ¿y tú, lobo? ¿Cuál es tu edad?

- Yo me acuerdo de Matusalén - Tú también eres muy viejo.

Volviéndose ambos hacia el asno:

- ¿Qué edad tienes tú?

- No sé, no soy más que un asno, pero mis padres pegaron mi partida

de nacimiento en el hierro de mis cascos. Para conocer mi edad, hay que echarle un vistazo.

El león pide entonces al lobo que se informe de la edad del asno.

- No sé leer. Mis padres demasiado pobres, no pudieron enviarme a la

escuela. Pero tú perteneces a la familia real, recibiste una enseñanza digna de tu rango…

- Por supuesto, sé muy bien leer y escribir.

El asno dice entonces al león, levantando la pata derecha:

- Vamos, Majestad, puedes leer lo que está escrito bajo mi pezuña.

- ¡Pero no veo nada!

- Acércate más… Mi padre escribía muy pequeño.

Al acercarse, el león recibe un golpe tan violento que se queda tieso…

Viendo este espectáculo, el lobo pone pies en polvorosa…

...Sin dejar de repetir...

"Dios, te agradezco el haber sugerido a mis padres que no me enviaran a la escuela "

 

Fuente: Cuentos y Relatos Árabes

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