Eranos
Eranos
Autor: Henry Corbin
A Olga Fröbe Kapteyn
En el horizonte de un derviche
Peregrinando sobre las elevadas planicies de Persia:
Espacios ilimitados y desnudos, materia telúrica primordial,
Ocre silencioso, intensificado por los resplandores de las auroras,
En los fugitivos éxtasis de los crepúsculos.
Crestas que proponen sucesivamente su perfil
Que un cielo translúcido suaviza,
Y hacia las que se camina entre otras, lejanas y elevadas
murallas
Soledad, silencio, peregrinación: lo sin límite.
Nada más que estaciones:
Nunca llegará al corazón el pensamiento: "Éste es el lugar de mi
reposo".
El peregrino, el Sâlek, responde a la llamada del espacio:
Más allá, siempre en otra parte.
Él es el Errante, el Renunciador.
¿Imaginará, en una parada suspendida
Sobre uno de esos lagos de sal inmóviles y desolados, coagulados
en la memoria de los sueños
que conserva el Alma de la Tierra,
Estratos de Mercurio en el fondo de una cuba de roca,
Impasibles, hieráticos, fascinantes,
Imaginará superficies de Agua Viva que reflejan el brillo de las flores,
Altas cimas que cierran el espacio
En el que decir: "Éste será el lugar de mi descanso"?
Porque allí, lo Imposible, una vez, se hizo real.
Lo Imposible: que, venidos de otros lugares, ignorando su
presencia común en la Tierra,
Los peregrinos hayan respondido a la misteriosa llamada
Y a la promesa de un Pentecostés.
Pensaron en voz alta:
Dijeron su camino, su búsqueda, una esperanza insensata.
Y en sus voces sucesivas
Vibraba el acorde de una preexistencia secreta,
Juntos formaron el círculo de los ágapes.
Por un momento, fueron los Doce.
Entonces pudieron volver a partir, retomar las distancias en su sombra.
El círculo invisible existe para siempre
En el mundo que lo prefiguró.
A Aquella que desde el Centro emite la llamada y logra el prodigio,
Que hizo que el Don celestial afluyera a las almas
Por un momento abiertas las unas a las otras,
Se dirige un pensamiento continuo que es a la vez
Reconocimiento por lo que fue
Y voto confiado por Lo que, todavía,
Debe ser.
Fuente: Henry Corbin, “El Imam Oculto”, Traducción de Agustín López y María Tabuyo. Editorial Losada, 2005
Fundación Cultural Oriente