Ismael
ISMAEL (fragmentos)
Vestido en mi sangre, camino:
las cenizas me llevan y me guían las ruinas.
Hombres, olas que rompen, diluvio de
lenguas: a cada frase un rey
y cada boca es una tribu.
Solo, camina
delante de su tiempo,
camina.
Y yo, desterrado de todas las tribus,
abrazado por las heridas,
abrazando a la tierra asesinada,
partí,
y en mi sangre levanté mis jaimas.
A mi nombre le ordeno
que reúna mis cuadernos
y los saque de la casa de Ismael.
Si Ismael fuera campo
vertería mis nubes sobre él,
si fuera huracán, yo sería
espacio para su polvo,
y me haría su confidente.
(Ismael flota.
Desierto:
Desierto de libros que mueren
collar de arena
y encima una luna enarbola su espada
cuyo hilo es la caravana.
y pasa arrastrando sus camellas)
Es inútil que busques
a tu amigo:
ha muerto.
La casa que le ha acogido
ha muerto.
Excava un camino
para encontrarlo
en lo que te queda:
tu corazón.
Pero ¿crees que
el corazón permanece?
Y yo, desterrado de todas las tribus,
acecho a la chispa-guía
con los cometas aún soñolientos
en la seda de las tinieblas.
He visto mi rostro,
lunar de belleza en su luz,
he visto mi muerte,
pájaro en el hombro de las tinieblas,
y he visto a la arena
improvisar las palabras.
Camina errante,
pensamientos cual peces podridos,
ciudad de lenguas
cortadas y pisoteadas.
Camina errante
y pregunta a las raíces
cómo el cuerpo del lugar
se viste con sus fieras.
Pregunta al cuervo del alfabeto:
el cuerpo de Ismael
(Ismael
es el mapa del tiempo)
Camina errante.
Aquí abre un cráneo
y allí abre una idea.
Verás una imagen desconocida
de tu rostro,
verás tu ropa sobre un cuerpo
que no es el tuyo.
Tal vez seas la presa
de colmillos que salmodian
en la lengua de los ángeles
y toman forma de cielo.
Camina errante,
verás cómo el libro
torna a los cerdos antílopes.