Prólogo-Epílogo
«Yo soy el Mahdi.
Yo soy el Restaurador del Tiempo.
Yo soy quien llenará de justicia
(la Tierra) como habrá sido llenada
de iniquidad»
(Kamal Ad-Dîn, p.445)
«Yo soy el Mahdi.
Yo soy el Restaurador del Tiempo.
Yo soy quien llenará de justicia
(la Tierra) como habrá sido llenada
de iniquidad»
(Kamal Ad-Dîn, p.445)
No soy árabe,
no soy persa,
paquistaní, indonesio
ni marroquí.
Soy de la tierra
que todos se roban;
soy millonario:
tengo dos hijos y una hija
que Dios me hizo
y una princesa como mujer.
No sé nada de «los mundos»,
no tengo 'historia'
y estos escritos
no pretenden inventarme;
sin embargo
he rodado
desde la montaña hasta la calle
vagando de sueño en sueño.
Me he visto musulmán,
y así tengo el espíritu y el rostro:
sometido sólo a Dios.
He sido desgarrado, muerto y sepultado
por la garra del corazón de la guadaña;
he llorado con los niños de la calle,
y ahora estoy aquí:
imaginando que guerreo
a tu lado Imam Mahdi
(Que Dios apresure tu aparición).
Sólo tengo como arma
el recuerdo de Dios,
el Libro Divino,
las máximas del Inmaculado Profeta
y de su Descendencia Purificada.
Tengo tus centelleantes palabras
que chisporrotean en nuestras mentes
como lanzas fraguando el intelecto.
No soy malayo,
no soy hindú,
chechenio, afgano,
soy musulmán.
Quizá pensés que estoy loco,
pero mi locura
consiste en tratar de ser normal;
y entonces pido,
suplico,
leo el Corán
que nos hace vibrar eternamente…
...sacudió el diapasón de mi ser
y ahora mis palabras no son un prólogo,
sino apenas un epílogo abstracto
del «OTRO»
-el anterior-
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