Sa’dí, el poeta peregrino (Primera Parte)
Sa’dí, el poeta peregrino (Primera Parte)
Autor: J. Gross
Prólogo a la edición española del Golestán de Sa’dí
No ames tierra ninguna
y a nadie debes amar.
Vete que ancha es la mar
y los humanos abundan.
Sa’dí
Fue en el siglo XIII cuando en la región sureña de Fars, que llevaba varios siglos de silencio literario sin que ningún genio aflorara en lo que fue la cuna genuina de la civilización persa, nació el que sería una delas mayores figuras literarias de la Persia musulmana: Sa’dí de Shiraz. En efecto, en el siglo X de nuestra era la cultura persa renace de las cenizas sasánidas con el ropaje del islam. Pero esta vez no fue la Pérside la protagonista de la regeneración, como lo fuera en el siglo ni, sino que fue el Irán del extrarradio, nororiental para más señas, el que tomó las riendas, con la dinastía Saffarí primero y Samaní después, de lo que sería el renacimiento cultural y literario -y el nacimiento científico, cabría añadir- y el germen del Irán moderno. Así, nombres como los de Rudakí, el Chaucer de los persas, Ferdousí, que versificó la épica del Irán antiguo, 'Omar Jayyám, autor de las célebres Robáyyáts, Anvari, panegirista en la corte selyúcida, y 'Attár y Moulavi, irrepetibles genios de la mística irano musulmana, por no hablar de sabios como Avicena y Biruni, todos, decía, están asociados al Irán nororiental, el Gran Jorasán. Pe ro en el siglo XIII Fars se desquita de esteagravio y arrebata a Jorasán la musa de la poesía durante al menos dos siglos, con Sa’dí primero y con Háfez después. No es fácil hablar de la biografía del que ha sido un clásico entre los clásicos tanto en la poesía como en la prosa de Irán, dado que no tenemos más fuentes que sus propias obras pésima base para reconstruir su vida, como veremos y las referencias, muchas de ellas equivocadas, de los autores posteriores, la más antigua de ellas del primer cuarto del siglo XIV. Abu Muhammad Mosrref al-Din (o Saraf al-Din) Mosleh ibn Abdullah ibn Mosarraf al-Sa’dí Sirazí, más conocido simplemente como Sa’dí, nació en Shiraz en una fecha que aún se discute.
Podemos aventurar los datos sobre la vida de Sa’dí, que tomó con toda probabilidad su seudónimo del sexto atabak, Sa’d ibn Abu Bakr ibn Sa’d ibn Zangí, quien gobernó parte de Fars entre 1226 y 1259, a partir de sus dos obras más importantes, el Golestán (La rosaleda) y el Bastan. Son obras que muchas veces se prestan a confusiones, pues no se sabe si el autor se refiere con veracidad a un acontecimiento que realmente ha vivido o presenciado o simplemente a algo que narra para justificar el poema o la historia de turno. Estas confusiones datan de fecha tan temprana como el siglo XV, cuando Doulatsáh deSamarcanda (m. 1494) ya habló de un Sa’dí centenario en su Tazkarat al-socará, error éste que luego fue copiado tal cual por autores posteriores.
Así, Sa’dí a veces refiere en su Golestán episodios que acontecieron en una fecha anterior a su posible nacimiento, por lo que debería atribuírsele una edad de más de cien años, cosa improbable. Son varias las fechas de nacimiento que se barajan, pero la de 1209 parece ser la más verosímil; en cualquier caso, cabe fijarla en la primer a década del siglo XIII. Es un dato que puede calcularse a partir de las fechas que da en el Golestán . Así, en la introducción de esta obra Sa’dí escribe el siguiente poema como justificación para su redacción, refiriéndose a sí mismo:
Consumimos un respiro a cada momento
y ya no queda mucho cuando te das cuenta.
Oh tú que estás dormido y pasas de los cincuenta,
los cinco días que te quedan estáte despierto.
Y teniendo en cuenta que él mismo dice cuándo empezó a escribir el Golestán:
En un tiempo en que éramos felices,
en el seiscientos cincuenta y seis de la hégira,
pretendimos aconsejar y así lo hicimos,
a Dios te encomendamos y nosotros partimos.
Fecha que equivale a 1258, el cálculo es bien sencillo. Pese a ello, ciertos datos de esta misma obra y del Bustán han hecho y todavía hacen dudar a los eruditos sobre la exactitud de estas fechas, de modo que no son pocos, incluso en el Irán de hoy, quienes creen que el poeta de Shiraz vivió más de cien años. En su otra obra cumbre, el Bustán , escrita dos años antes que el Golestán , Sa’dí escribe los siguientes versos:
Oh, tú, cuya vida ha llegado a los setenta,
¿acaso dormías y dejaste que se la llevara el viento?
Si le otorgamos credibilidad tendría que haber nacido en 1189. Pero por diversos motivos no puede darse por válida esta fecha. Como acertadamente señala Z. Safa en su Historia dela literatura en Irán, esta fecha del siglo XII aceptada por algunos como la del nacimiento de Sa’dí no puede aceptarse, pues en los versos siguientes el poeta amonesta a quienes no aprenden con la edad, por lo que está claro que no se refiere a sí mismo. Por otro lado, si Sa’dí hubiese nacido aquel año tendría que citar a personajes de principios del siglo XIII, pero vemos que no es así. Además, unos versos más adelante Sa’dí dice:
Como se te han ido de las manos cincuenta años,
aprovecha los cinco días que te quedan.
Es curioso que quienes se han basado en los versos anteriores para atribuir edad tan longeva al poeta de Shiraz no hayan reparado en éstos. Los defensores de la edadcentenaria de Sa’dí, que no son pocos en Irán y sobre todo entre el vulgo, argumentan por otro lado que en el Golestán comenta que fue instruido por Seij Abul Faray ibn Yuzí, creyendo que se trata del sufí árabe conocido como autor de dos obras célebres en la época, Al-Muntazim y Talbis-e-Eblis, que murió en el año 1200, lo que haría necesario retrotraer la fecha de nacimiento del poeta más o menos a 1180. Sin embargo Sa’dí se refiere a su nieto, que tenía el mismo nombre, que fue su maestro en Bagdad en su adolescencia y que murió asesinado en 1258, en la masacre de Bagdad, a manos de las hordas de Hulagu. Otra razón que se expone para justificar sus más de cien años de vida es la alusión que hace en el capítulo V del Golestán a su entrada en la mezquita aljama de Kashgar el año en que «Muhammad Jarezmsáh consideró conveniente hacer las paces con el rey de Catai», algo que se sabe ocurrió allá por 1210, por lo que habría que situar de nuevo su nacimiento allá por 1180 o 1190. No obstante, no parece ser que Sa’dí se refiriese en esa historia a algo que él hubiese vivido, y al parecer, como veremos más adelante, este viaje a Kashgar, en el este de Persia (hoy China), es tan ficticio como la posibilidad de que a principios del siglo XIII fuese ya un joven maduro, y mucho menos famoso por sus versos, como apunta en esa misma narración. Pero la historia del efebo de Kashgar ha sido suficiente para convencer a no pocos no sólo de la edad centenaria de Sa’dí, sino de que éste fuera un poeta famoso en 1210, casi medio siglo antes de redactar las dos obras cumbres que realmente le dieron la fama. Todas estas referencias han confundido mucho a los iraníes a lo largo de más de 700 años, pero un Sa’dí centenario murió con la crítica del siglo XX. He creído necesario explayarme sobre la edad de Sa’dí porque, por decirlo de alguna manera, forma parte de la biografía apócrifa de este autor y porque la creencia en la longevidad de Sa’dí pasó a los primeros historiadores occidentales de la literatura persa, como Edward Browne y Hermann Ethé, que incluso dividieron su biografía en tres fases basándose en una supuesta edad centenaria.En cuanto a las diferentes etapas de su vida , por no disponer de fuente más fidedigna también nos basaremos en los detalles que nos da en sus dos grandes obras, el Bustán y el Golestán.
Sa’dí mismo nos dice en uno de sus poemas que los miembros de su familia eran «ulemas de la religión» ('álamán-e-din), lo cual es corroborado por Doulatsáh en su Tazkarat al-So’ará. Pronto, muy seguramente durante su niñez, quedó huérfano de padre, siendo educado y enseñado por su abuelo paterno, según afirman otras fuentes, hasta que se marchó a Bagdad en su adolescencia, con unos 15 años de edad, en una época en que Fars escapaba de la agitación de los turcos y, en palabras de Sa’dí, cuando el mundo «estaba revuelto como el pelo de un negro», quizás en referencia al ataque que padecía la región de Fars a manos del sultán joresmio Ghias al-Din Pir Sáh -hijo del sultán Muhammad Jarezmsáh-, que en la segunda década del siglo XIII, tras la muerte de su padre, reunió un numeroso ejército y entró victoriosamente en Shiraz en 1224 tras conquistar Irak y Azerbaiyán, sin que el padre de Sa’d ibn Zangí pudiese detenerlo. Sin embargo, éste supo hacer un pacto para que Fars no fuese devastada. En Bagdad, ciudad que es sólo el preludio de sus largos y frecuentes periplos, se pone bajola tutela del susodicho Ibn Yuzi, que en el año 1233 era profesor en la madrasa Nezámieh de Bagdad, donde alternaría sus clases con otros profesores. Ibn Yuzi le instruye en la Sana (jurisprudencia islámica), no en el sufismo, y probablemente es a él a quien se refiere el poeta cuan-do en su obra dice «mi maestro» {morabbi} o «mi seij» (sheij).
En cuanto al sufismo, Sa’dí no fue discípulo de un sólo maestro y aprendió de varios esta disciplina. Al parecer, en esta materia tuvo como profesor a Saháb al-Din Abu Hafs 'Ornar ibn Muhammad Sohravardi (m. 1234, al que no se debe confundir con su homónimo, muerto en 1191, que reavivó la doctrina de las Luces de la antigua Persia zoroástrica), si debemos creer a Yámi, quien afirma que «aprendió de muchos seijs y llegó a estar con el seij Saháb al-Din Sohravardi, con el que viajó en un mismo barco», en referencia con toda seguridad a la historia que Sa’dí cuenta en verso en el Bustán, aunque no se tiene constancia por el propio Sa^í de que siguiera con Sohravardi; cuenta simplemente «que el sabio guía Saháb, sobre el agua dos consejos me dio». Por otro lado ha habido autores, entre ellos Doulatsáh, quien no olvidemos inició la tesis de un Sa’dí centenario, que han afirmado que 'Abdul Rahman Gilaní, citado en el tercer cuento del capítulo II del Golestán , fue maestro de Sa’dí, cuando este seij murió en 1165, error que también se ha debido a que algunos copistas escribieron «vi» en lugar de «vieron», como si Sa’dí habíase en primera persona. Lo que sí se puede dar por cierto es que el viaje que inició en Bagdad allá por 1223 lo acabó en 1256, a su regreso a Shiraz. El orden de las escalas y los lugares visitados son más dudosos, pero se puede hacer una reconstrucción. En Bagdad se quedó un tiempo, no se sabe cuánto, para de ahí iniciar un viaje que duraría un cuarto de siglo. Viajaría, según se puede desprender de su obra, a Siria, a Hiyaz, Líbano, Bizancio, Egipto, Marruecos, Abisinia ya «lo más remoto del mundo» y «pasaría los días con todo tipo de personas», «aprovechando cada rincón», «sacando un racimo de cada montón». Doulatsáh es más concreto y nos ofrece el dato de que viajó a la Meca catorce veces, así como a Gaza, a la India y a Bizancio, para luchar en las cruzadas. Ciertamente, un Sa'dí luchando en las cruzadas es tan imaginario como la edad centenaria propuesta por este mismo autor, que muy probablemente basaría esta información en uno de los episodios que relata Sa’dí (capítulo II, cuento 31) de cuando cayó prisionero de los francos. En cuanto al viaje de nuestro poeta a la tierra de los brahmanes, otro tanto de lo mismo, como veremos más adelante. También estuvo en Sana, Yemen, donde quizá tuvo intención de echar el ancla, pues tomó esposa, que le dio un hijo. Quizá fuera la muerte de éste lo que le hiciera desistir de quedarse, pues continuó su camino poco después.
(ver la continuación en archivo pdf)