Con el sello de sus labios
Con el sello de sus labios
Abandonamos la lección del alba por la taberna.
Abandonamos la cosecha de oración en la senda del amado.
El sultán inicial nos otorgó el tesoro de las penas de amor
cuando hacia esta casa en ruinas nos orientamos.
Incendia el hábito de cien ascetas lúcidos,
el ardor que anida en nuestro loco corazón.
Mi corazón ya no está abierto al afecto de los ídolos.
Hemos cerrado la puerta de esta casa con el sello de sus labios.
No hay quien sea más hipócrita llevando un hábito.
Hemos puesto los cimientos de esta escuela de bohemios.
De modo que esta barca va sin rumbo hasta el final.
La vida, por aquella perla única, abandonamos.
¡Loado sea Dios! como nosotros, ni corazón ni religión
posee el que decimos es prudente y sabio.
Nos conformamos, al igual que Hafez, con una imagen de ti,
¡oh Dios, qué pobre intento!, ¡y qué realeza alcanzamos!
Fuente: 101 Poemas. Hafez Al-Shirazí, traductora Clara Janes, España