Conclusión

Conclusión

La luz de añil

de la efímera luminaria

bañaba aquel paisaje yermo,

el pájaro linotipista

-soberano de la divulgación-

desciende a rastras

del insurrecto telón de nubes,

su aletear

cada vez es más tardo,

gradualmente

logra posarse

en el hombro de yeso

de un Judas Iscariote crucificado.

 

La fatigada ave

te ha ido a buscar

hasta la mezquita

pero no te encontró:

Yo creí que te hallaría ahí.

 

Entonces,

sólo resta decir

que aún no has encontrado el camino,

la vía y la carretera

donde te esperaré.

 

Fuente: EL CORAZÓN EN LA REVOLUCIÓN, Mustafa Al-Salvadori, Fundación Cultural Oriente

www.islamoriente.com

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