El difunto criminal
Un indigente murió en estado de crimen y, cuando lo llevaban a enterrar, un devoto que pasaba se apartó diciendo que no había de rezar por tal hombre; pero a la noche siguiente vio en sueños a este desgraciado en el cielo, con el rostro tan brillante como el sol. En su admiración le dijo: "¿Cómo has obtenido, hijo mío, un lugar tan elevado, tú que has vivido siempre en el crimen y que estás manchado de la cabeza a los pies?" Él le respondió: "Dios me ha hecho misericordia a causa de tu falta de compasión hacia mí, a mí cuya conducta ha sido tan desordenada". Ve la sabiduría de Dios en el juego de su amor por los hombres. El rechaza o concede su misericordia. En su sabiduría, envía por ejemplo, en una noche tan negra como el cuervo, a un niño con una lámpara; después envía un rápido viento y le dice: "Levántate y ve a apagar esta lámpara." Después coge a este niño en el camino y le dice que por qué ha apagado la lámpara. Si reprende así a este niño, es a fin de no dirigirle, en el día de las cuentas, más que benévolos reproches...