Poesía

El murciélago en busca del sol

Una noche, un murciélago decía: "¿Cómo es posible que yo no pueda mirar de ninguna forma al sol ni un sólo instante? Durante toda mi vida estoy en cien desesperaciones, a fin de poder estar perdido en él un solo instante. Erro con los ojos cerrados durante meses y años y al final llego hasta aquí". Un contemplativo de penetrante vista le dijo: " ¡Oh tú que estás embriagado de orgullo! aún tienes miles de años de camino para llegar al sol. ¿Cómo, tú que te has perdido, podrás recorrer este camino? ¿Llegará a la luna la hormiga que ha permanecido en el pozo?"...

El espejo que descubre la belleza

Anoche, hacia el alba, de la tristeza me liberaron.

En la oscuridad nocturna, me dieron agua de vida.

Con el radiante rayo de la Esencia, me quitaron el sentido.

La epifanía

de los atributos, vino en la copa, me ofrecieron.

¡Qué alba bendita fue!, ¡qué gloriosa noche!

Aquella noche de Gadr, nueva investidura me concedieron.

Justo es que la fortuna me sonría, oh gozoso corazón.

Estaba necesitado, y me la entregaron como diezmo.

Del Invisible, el heraldo me anunció entonces esta suerte:

ante la tiranía y el desamor, firmeza y paciencia me otorgaron.

Desde ahora: mi rostro y el espejo que descubre la Belleza,

pues me anunciaron en él la aparición de la Esencia...

Anoche vi a los ángeles

Anoche vi a los ángeles llamar a la puerta de la taberna,

amasaban el barro del hombre, y el vaso daba su medida.

Ellos, los que habitan el templo de lo oculto y el candor del universo angélico,

 me acompañaron, a mí, mendigo de las calles, a beber el vino de la ebriedad.

Al dar gracias a Dios por la Paz alcanzada entre él y yo,

la copa de gratitud vaciaron, bailando, los sufíes.

Los cielos no pudieron soportar el peso de la prenda.

Cayó la suerte en el nombre de ese loco que soy yo.

No es fuego aquel cuya llama despierta la risa de la vela.

Fuego es aquel que prende en la levedad de la falena.

¡De las querellas de las setenta y dos sectas, apartaos!,

que por no ver la verdad crearon fábulas distintas...

Historia del schaikh San’an (quinta parte)

¡Tú eres el guía de las criaturas; nuestro schaikh se ha perdido, muéstrale el camino, te conjuro en el nombre de Dios!"

Mahoma le dijo: "¡Oh, tú, cuyas miras son verdaderamente elevadas! ve y sabe que he desembarazado a tu schaikh de sus ataduras. Tu pura intención ha sido recompensada, pues no has tenido reposo hasta que no has obtenido la conversión del schaikh. Entre el schaikh y Dios (la Verdad) había desde hacía tiempo una mota de polvo negra. Hoy he quitado esta mota de su camino y no lo he dejado por más tiempo en medio de las tinieblas. He vertido el rocío del océano de la súplica y se ha extendido en su existencia. Este polvo se ha retirado hoy del camino; el arrepentimiento ha tenido lugar y el pecado se ha borrado. Sabe bien positivamente que las faltas de cien mundos desaparecen del camino por el vapor de un momento de arrepentimiento. Cuando el océano de la benevolencia agita sus olas, borra las faltas de los hombres y de las mujeres"...

Cuento del vagabundo

Un hombre que vestía harapos nos acompañaba en la caravana que iba a Hiyaz. Un

príncipe árabe le dio cien dinares como ofrenda, pero unos bandoleros de la tribu de

Jafaya atacaron de improviso la caravana y la desvalijaron por completo. Los mercaderes

se pusieron a llorar y a lamentarse en vano.

 

Aunque llores y te lamentes

no va el ladrón el oro a devolverte.

 

Excepto aquel pío derviche que permanecía impávido y no mostraba turbación alguna. Le

pregunté: «¿Acaso no se han llevado los ladrones tus dineros?». Respondió: «Sí, se los han

llevado. Sin embargo, yo no estaba tan apegado a ellos como para que perderlos me

supusiera congoja alguna»...

Cuento de Leyla y Maynun

Le contaron a un rey árabe la historia de Leyla y Maynun, y que éste, con toda su

locuacidad y sabiduría, había perdido los estribos y había cogido el camino del desierto.

Ordenó que fuese llevado a su presencia y se puso a reprenderle: «¿Qué has visto de malo

en la nobleza del espíritu humano para adoptar el carácter de las bestias y abandonar la

sociedad?». Respondió:

¡Cuántos amigos por amarla me reprenden!

No la han visto nunca, por eso no me entienden...

El lenguaje de los lirios

Albricias, corazón, que el viento de la mañana ha regresado.

La abubilla mensajera de la tierra de Saba ha regresado.

Oh ave del alba, canta el himno de David,

que el Salomón de las flores, con el viento, ha regresado.

¿Dónde está el iniciado que entienda el lenguaje de los lirios,

para que pregunte por qué partió y por qué ha regresado?

Me trató con clemencia y gentileza la providencia divina,

y así el ídolo de corazón de piedra por sendas de lealtad ha regresado.

Por el soplo matutino, huele eltulipán el vino apetecible.

Era un ardor de corazón y con fe en la medicina ha regresado.

He lanzado mil suspiros en pos de esta caravana,

hasta que las campanillas a mi oído del corazón han regresado.

Aunque Hafez llamó a la puerta del sufrimiento y rompió el compromiso,

mira, su bondad, conciliadora, por nuestra puerta ha regresado.

Mi dulce ángel estrellado

No has bailado tan mal, querido mío,

Intentando tomar las manos del Bello

Ser.

A pesar de que has danzado con gran

estilo,

Mi dulce ángel estrellado

No has alcanzado al corazón de Dios.

Nuestro compañero de baile es

particularmente difícil de seguir,

E incluso es a veces difícil escuchar a

Sus mejores músicos.

Así que qué importa si la música se

detuvo por un instante.

Qué importa

Si el precio a pagar para acceder a lo

Divino...

Historia del schaikh San’an (cuarta parte)

Ahora bien, había en la Caaba un amigo del schaikh que, en su ardor, se había lavado las manos de todo. Era clarividente y estaba en el buen camino y nadie conocía al schaikh mejor que él. Por azar, cuando el schaikh salió de la Caaba para su viaje, este amigo no estaba presente y, cuando este último volvió a su vivienda, no encontró al schaikh en su retiro. Preguntó a los discípulos del santo personaje por las noticias de este último y le contaron todo lo que había pasado, a saber, qué pesada rama de árbol le había herido el pecho por la actuación del destino y qué accidente le había ocurrido a causa de la suerte. La cabellera de una joven infiel -le dijeron-, lo ha atado a uno solo de sus cabellos y ha obstruido para él por cien lados el camino del islamismo. Actualmente juega al amor con bucles de cabellos y efélides; ha quemado su hábito y su posición se ha vuelto completamente anormal. Ha retirado por completo la mano de la obediencia a los preceptos de la religión y a esta hora guarda cerdos. Entregado hoy a este loco amor, el cuerpo rodeado de un zunnar, está irresuelto; pero, aunque el schaikh haya jugado su alma en la vía de la religión, no se puede reconocer su infidelidad como empedernida...

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