MUERTE
MUERTE
Los asientos se reirán
cuando los abandonemos
seguros de que estamos de acuerdo.
Los asientos
nos perseguirán para ver nuestro silencio
en las camas
o alrededor de las mesas
MUERTE
Los asientos se reirán
cuando los abandonemos
seguros de que estamos de acuerdo.
Los asientos
nos perseguirán para ver nuestro silencio
en las camas
o alrededor de las mesas
SEPARACIÓN
Un asiento en el jardín
y un frío negro.
Un silencio inmenso ha caído
desde la altura del espacio,
llegando al sorprendido momento.
Estaban aquí los dos,
hace cinco minutos,
han hablado mucho
y no han dejado
más que el frío de dos manos en su pecho
y el llanto de una rosa marchita.
Mi alegría de ti
No me otorga felicidad.
Que mi tristeza por ti
Me la otorgue.
Ya
Oh dispersión eterna,
Te abrazo,
Me convierto en ti
Y me balanceo al borde de la locura,
Ruiseñor en la tempestad,
Tempestad en la fiebre,
Al borde de la locura...
Lo veo aquí o allí:
su mirada extraviada en el río
de las calamidades, la nariz arrancada
en el cementerio de las matanzas, el vientre, que ha triturado
el trigo
de la locura en los molinos de Babilonia
durante diez mil años...
En su vocabulario no había árboles
ni flores...
En su vocabulario no había pájaros.
Sólo sabía lo que le habían enseñado:
matar a los pájaros,
y mató a los pájaros,
odiar a la luna,
y odió a la luna,
tener un corazón de piedra,
y tuvo un corazón de piedra,
a gritar: "¡Viva lo que sea!"
"¡Abajo lo que sea!"
"¡Muera lo que sea!".
En su vocabulario no había árboles,
Él: ¿Qué noticias hay en la tierra?
- Perdón, la tierra gira y Egipto
También gira, pero...
Él: Pero ¿qué?
No entierres secretos en tu pecho.
- ¿ Subo el volumen de la radio?
Él: No. Aquí estás seguro.
Di lo que quieras.
- Estás a punto de convertirte en un mito.
Él: Eso no me alegra en absoluto.
Quien haga de mí un mito, me reniega.
No soy una imagen en el muro.
A Egipto le basta con las tres pirámides,
no tiene necesidad de una cuarta.
Prefiero ser ventana en una casa
a ser estatua en una calle.
- Y tu mausoleo...
Ventana de Wafiqa en la aldea
ebria, domina el espacio
como Galilea espera caminar,
espera a Jesús. Dispersa sus paisajes.
Ícaro roza el sol
con las plumas de águila.
En el puerto azul de tus ojos
hay lluvias de melodiosas luces,
soles aturdidos y velas
pintando su viaje hacia el infinito...
Un soldado encargado de hacer centinela se enamoró perdidamente, estando así día y noche sin sueño y sin reposo. Uno de sus amigos le dijo: " ¡Oh tú que estás privado del sueño! duerme al fin una noche por lo menos". -"El amor -respondió-, le va a mis funciones de centinela; ¿pues pueden permitir dormir estas dos cosas? Puesto que el sueño no le conviene al soldado que hace centinela, es ventajoso que esté enamorado. Con tal sentimiento que consiste en jugar su vida, se ha amparado de mí, se identifica con mis funciones y mis funciones entran en su dominio. ¿Cómo encontraría yo aunque sólo fuera un poco de sueño si no puedo cogerlo de ningún lado? Cada noche el amor me pone a prueba y me hace observar así la consigna".
Tomó su nombre del agua
Y comenzó a fluir.
La espuma que vimos sobre las olas
Era su gente
Y la hierba sobre las dunas
Sus costillas.
Un país
Cuyos hombres se habían marchado.
Por eso las mujeres se habían casado
Con los árboles.