Poesía Libre

QIBYA

 

 

Balas

en la noche de luna llena

surcaron las colinas y los caminos.

Balas

chocaron contra los muros

y golpearon las puertas y las ventanas.

Iban dirigidas a los corazones y a las entrañas.

Balas

por detrás de las piedras,

a través de los desfiladeros,

por detrás de los sacos de arena.

Balas.

Se esparcen por las piedras arrayanes de sangre

y se pegan adornos de sangre en las paredes.

Balas

y gelignita

arrojan los cuerpos a las hienas.

Sembramos el trigo pero no lo recogimos,

EN LAS OLAS

Autor: 

 

Aquella noche

Las caras se desvanecieron en torno nuestro

Y todo desapareció

Menos el brillo azul de

Tus ojos y la llamada

En aquel brillante azul

Donde mi corazón

Navegó cual barco

Guiado por las olas.

Las olas nos condujeron

A un mar sin playas,

Sin límites

Y sin resistencia

A que las olas contaran

La eterna historia de la vida

Resumida

En una mirada.

Y la tierra se inundó con

El impulso de la marea, el viento y la lluvia.

 

Las Enseñanzas de Huriyya

I

Un día pensé en partir. Un jilguero

se posó en mi mano y se durmió.

Me bastaba con acariciar el pámpano de una

parra, deprisa,

para que ella supiera que mi copa estaba llena,

acostarme temprano

para que ella viera mi sueño y prolongara su noche para

velarlo,

que una de mis cartas llegara

para que ella supiera que mi dirección había cambiado

en el seno de las cárceles y que

mis días revoloteaban en torno a ella

y ante ella...

TE QUIERO COMO AMA LA MUERTE

 

 

Más pesado,

Más bajo,

Cargo con mi experiencia y me marcho.

Mientras seas la cima del mundo,

Mientras la superficie de la tierra sea convexa,

Descenderé y me alejaré,

Descenderé y me alejaré.

Un día las arenas movedizas me engullirán,

Me hundiré poco a poco

En la oscura eternidad de tu amor,

Perderé el conocimiento,

Me esconderé de las miradas,

Las masas asistirán a la celebración de mi muerte,

Los aventureros y los poetas me envidiarán

Y tú

Arrojarás una nueva joya

Al cofre de tus mártires.

 

Te quiero,

No te arrepientas,

No tiendas la mano para socorrerme,

Permíteme quererte

Como ama la muerte.

Te quiero como ama la muerte.

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