No preguntes
¡Oh, amor, cómo he sentido tu sufrimiento!
No me preguntes cómo.
¡Oh ausencia, cómo bebí tu veneno!
No me preguntes cómo.
¡Oh, amor, cómo he sentido tu sufrimiento!
No me preguntes cómo.
¡Oh ausencia, cómo bebí tu veneno!
No me preguntes cómo.
El cosmos
plaza infinita
- esplendente obra de Dios-
protesta iracundo
contra el presidente
- bufón de la sociedad,
fantoche de Sión-
que se desternilla de risa
desde
la lisonjera molicie
de su butaca obscurantista...
Puso la última gota de agua de su cubo sobre la albahaca
Y se durmió junto a ella.
La luna se ocultó, el sol salió
Y ella siguió durmiendo.
Los que oían su voz cada mañana
Invitándoles a tomar café
No oyeron su voz.
La llamaron desde sus balcones y jardines
Asesinan palestinos
en sus ansias de poder,
se olvidan que hay Uno
que siempre les ve
y está Su promesa
sobre el que vendrá
y en Su nombre
les dará su retribución.
Ahora Qom debe estar oliendo a rezo
fragancia etérea que desde el cielo baja para alimentar los corazones
para vestir las almas vestidura de luz, fe y esperanza. Ahora Qom debe tener alfombrado su suelo
para los pies desnudos de las gentes, para que mujeres y hombres, niños y ancianos
multipliquen en Sagrado Corán entre los labios y viaje con los ángeles a los cuatro costados de la tierra
la voz de los creyentes en sus suplicas llega como la luz envolviendo a la esfera
incluso a los oídos de las perlas, para que en ellas resuene
en las profundidades de la tierra
la voz de Dios, proclamando victorias.
Le abandonaron a sus secretos:
una vez sentó al mar en su regazo
Ahmad, Maryam, Karim,
la luna del Sur visita sus casas
y besa sus piedras.
La luna del Sur cuelga sobre sus parras su caftán.
“¡Oh mi alegría, mi deseo
Y mi refugio,
Mi compañero, mi amparo
En el camino, Oh, mi Fin!
Eres el espíritu de mi corazón.
Tú eres mi esperanza,
Mi confidente, mi Amigo.
Mi anhelo de Ti es mi única riqueza,
Mi ardiente deseo, todo mi sustento ...
Añoro el pan de mi madre,
el café de mi madre,
las caricias de mi madre…
Día tras día
en mí crece la infancia,
pero amo mi edad, pues
de morir
me avergonzarían las lágrimas de mi madre.
El cuerpo del cielo es oscuro y triste
sea la noche la última ronda
las luces fugaces ilusiones
y más perceptibles las alas del silencio
....
No tengo voz ni cantos
que conduzcan a mi voz
hacia el país de los vientos y los árboles
las sombras abrazan más que las pestañas
y no hay canciones que iluminen la oscuridad de lo profundo
pero los ecos laten en el seno de la noche
y me duermo en mi pecho
....