Tras el espejo
Muchas veces he dicho y de nuevo digo que yo,
de amor vencido, en esta senda no avanzo por mí mismo.
Tras el espejo, me han retenido en calidad de loro...
Muchas veces he dicho y de nuevo digo que yo,
de amor vencido, en esta senda no avanzo por mí mismo.
Tras el espejo, me han retenido en calidad de loro...
¿Qué hace la pureza?
Corta las riendas del arado.
Te libera de tener que trabajar y comer
En el lodo.
Te libera de tener que vivir detrás
De un gran buey
Que rompe constantemente el viento.
¿Qué puede hacer la pureza, querido
mío?
Puede elevar tu corazón
Sobre un Sol naciente, corcoveaste,
Que llena el alma de ansias
Por llegar a las cumbres de la
Creación...
Anoche me notificó el viento de Saba
que el día del sufrimiento se acortaba.
Ofrezcamos a los juglares la túnica desgarrada
por las albricias recibidas del viento del alba.
Ven, ven, que Ridván,
a ti, hurí del paraíso,
te llevó al mundo para el corazón de este mendigo.
A Shiraz vamos con ayuda de la fortuna.
¡Qué buen compañero nos otorga la fortuna!
Vi el verde campo del firmamento y la hoz de la luna.
Recordé mis cultivos y el tiempo de segar.
Dije: oh fortuna, re has dormido, y el sol alienta.
Dijo: a pesar de todo, de lo primordial no desesperes.
Di al cielo: no presumas de tal grandeza, que en el amor
un grano de cebada dan por la luna, y por las Pléyades, dos.
Si vas al cielo, como el Mesías, puro y despojado,
de tu lámpara llegarán al sol un centenar de rayos.
No confíes en la estrella nocturna, que este ladrón
la corona de Kavus y el cinto de Cosroes
robó.
Arruina el bazar de hechicería con un gesto grácil.
Con un flirteo arruma el crédito y la prosperidad de Sameri.
Deja que el viento se lleve la cabeza y el turbante de todos,
o sea, vístete con majestad, de rompe y rasga, y arruínalos.
Di al bucle que abandone los modos de rebeldía
y al guiño dile que arruine el corazón tirano.
Bienvenido, oh pájaro de agüero y mensaje alegre,
di, ¿qué noticias traes, dónde está el amigo, cuál es el amado?
¡Oh Dios!, que acompañe a esta caravana la gracia inicial,
hizo caer en la trampa al enemigo y al amado puso de nuestro lado.
La aventura entre el amado y yo no tiene fin,
pues fin no tiene lo que no tiene principio.
La flor superó el límite del orgullo, en un suspiro muestra tu rostro.
El ciprés presume y se excede, por Dios camina donairoso.
Mientras el bucle del amado anuda como un cíngulo,
vete, maestro, que el hábito para nuestro cuerpo ya no es lícito.
El ave de mi espíritu, que en el árbol del séptimo cielo cantaba,
por el lunar de tu rostro al fin ha caído en la trampa.
Mis ojos enfermos no concilian el sueño.
Muchas veces he dicho y de nuevo digo que yo,
de amor vencido, en esta senda no avanzo por mí mismo.
Tras el espejo, me han retenido en calidad de loro.
Lo que ha dicho que diga elprimer maestro digo.
Sea yo flor o bien sea una espina, hay un experto en verdor,
y broto por la mano que me cultiva.
No me riñáis, amigos, que estoy sin corazón, atónito.
Tengo una perla y busco un perito de clara vista.
Es falta unir el hábito de mil colores y el vino rojo,
pero no os enojéis, lavo con su color el de la hipocresía.
Otra es la causa de la risa y el llanto de los enamorados.
La poesía me ocupa por la noche, y el llanto, al despuntar el día.
Dijo Hafez: de la taberna no huelas ni la tierra del umbral.
Dile: no hagas reproches, que yo huelo a almizcle de Jotán.
Ven, y esparzamos las flores y echemos vino en la copa,
propongamos un mapa nuevo, rompamos el techo del cielo.
Si la tristeza pone en marcha sus tropas para verter la sangre de los amantes,
mi escanciadora y yo nos uniremos para desfondar sus bases.
En cáliz de vino púrpura, esencia de flor derramaremos.
En pos de la brisa de circular perfume, azúcar verteremos en el vaso de incienso.
Si anhelas el jardín del Edén, ven con nosotros a la bodega:
situado junto al tonel, te lanzaremos, sin más, al río del paraíso.
Unos se exceden hablando del intelecto, otros inventan delirios.
¡Ven, y llevemos ante el juez estas ideas!
Ahora que el laúd perfecto está en tus manos, juglar, canta una canción hermosa,
para que, taconeando y dando palmas, nuestra cabeza despeñemos.
Oh viento de Saba, lleva la tierra denuestro ser ante aquella excelencia,
para que así contemplemos el umbral del rey de los perfectos.
En Shiraz no cultivan el arte decantar ni la elocuencia,
ven, Hafez, y que nos arrojen a otra tierra.
Anoche se acercaba con el rostro en llamas
por ver si otro triste corazón había prendido.
Dar muerte al enamorado y alborotar la ciudad
era el ropaje a su medida cosido.
El alma de los que aman por ruda tenía su rostro,
por ello el fuego del rostro había encendido.
Las tinieblas de su bucle la fe asaltaban, y el de corazón tirano
el rostro como una antorcha ostentaba en su camino.
Sucumbieron tus cabellos en manos de la brisa,
de dolor se ha partido en dos mi loco corazón.
Tu ojo hechicero a la negrura del alba es semejante,
¡más ay!, esta copia, ¡cómo ha languidecido!
¿Sabes qué es aquel punto negro que tu bucle enlaza?
El punto es de tinta, caído en el círculo del yim...