Cuento sobre el cansancio
Cierto día, orgulloso de mi juventud, había caminado mucho y por la noche me detuve
exhausto al pie de un montículo. Un decrépito anciano que marchaba tras la caravana me
dijo: «¿Por qué estás cansado? No es hora de dormir». Respondí: «Si me pongo a caminar
no hallaré mis pies». Me respondió: «¿No has oído lo que dicen los sabios?: "Caminar y
sentarse es mejor que correr y matarse"»...