Poesía Libre

¡Rompamos el techo del cielo!

Ven, y esparzamos las flores y echemos vino en la copa,

propongamos un mapa nuevo, rompamos el techo del cielo.

Si la tristeza pone en marcha sus tropas para verter la sangre de los amantes,

mi escanciadora y yo nos uniremos para desfondar sus bases.

En cáliz de vino púrpura, esencia de flor derramaremos.

En pos de la brisa de circular perfume, azúcar verteremos en el vaso de incienso.

Si anhelas el jardín del Edén, ven con nosotros a la bodega:

situado junto al tonel, te lanzaremos, sin más, al río del paraíso.

Unos se exceden hablando del intelecto, otros inventan delirios.

¡Ven, y llevemos ante el juez estas ideas!

Ahora que el laúd perfecto está en tus manos, juglar, canta una canción hermosa,

para que, taconeando y dando palmas, nuestra cabeza despeñemos.

Oh viento de Saba, lleva la tierra denuestro ser ante aquella excelencia,

para que así contemplemos el umbral del rey de los perfectos.

En Shiraz no cultivan el arte decantar ni la elocuencia,

ven, Hafez, y que nos arrojen a otra tierra.

Magia inefectiva

Llena la copa

porque este agua de fuego

¡hace mucho que no cura mi angustia!

Estas copas, vaciadas una tras otra,

son un mar del fuego que yo vierto en mi boca.

El remolino roba y las olas no me llevan

Yo, con el corcel obstinado y mágico del vino,

he llegado al universo infinito de la imaginación,

hasta la llanura estrellada de las reflexiones calientes,

Yo he crecido

Yo he crecido, yo he crecido, crecido de repente

de la raíz del amor y del frenesí sobre la tierra y la sangre,

¡ay

¿Qué es este crecimiento y la foliación, sino algo menos que inútil?

¿Qué es con este granizo.este temor a la muerte, esta vida

corta?

Muchos brotes sin florecr cayeron del arbusto.

¡Estoy avergonzada de estos florecimientos inoportunos!

Cada hoja mía, sentada junto a la flor,

narra cuentos sobre la daga contra el corazón.

Pensé prender la lámpara del arrepentimiento del amor

quizás la razón venga a guiar el desvío de este alma.

¡Ay! ¡ Ay! la tempestad lo extingue

¡oh Dios, oh Dios, el demonio me engaña

Es mi alma y el amor cruel

Sombra azur del sol

Bajo esta bóveda azur, yo viví como la nube.

Mi vida entera, lloré como ella.

Desde encima del techo del sol,bajé las estrellas

ya que yo viví bajo la sombra del sol, como la niebla.

La tierra es árida y en ella no hay signo de crecimiento.

Encima de las arenas movedizas , ¿hasta cuándo seré nube?

Mi creencia de seda, se quemó en las llamas del

remordimiento.

Para el desierto de sal, sediento, no soy como la nube.

La florista

¡Oh vendedora de llores! Linda chica que proclamas

todo el tiempo, como los ruiseñores primaverales.

Te ves suave y ligera en esa ropa floreada y de oro,

te deslizas como una mariposa de entre flores.

Realmente eres su compañera, ¡oh la del pelo violeta!

Tu semblante tímido, tiene la serenidad de la flor.

La flor es infiel, no la adores tanto como yo

El cuento de la noche vieja (fragmento)

Oh que se perdió en las maravillas verdes estelares, la figura de la ignorancia personifica la roca virgen. El corazón de agua suspirando por el reflejo de un jardín. Los sabores de manzana todos los días como una ilusión en la boca.

Oh viejo miedo, mis dedos se entumecieron cuando viniste a mí. En esta noche mis manos no conocen el miedo: Esta noche arrancan las frutas de las ramas de los mitos. Esta noche cada árbol da las hojas de mis temores. Un discurso audaz descongela en la reunión de la quema de los ojos.

Oh inicios de colores, protejan mis ojos de la magia negra: todavía estoy soñando con bendiciones nocturnas desconocida. Todavía estoy sediento de aguas onduladas. Mis botones parecen antiguas palabras mágicas. En los prados tuvimos nuestra última fiesta carnal antes de que comenzaran las palabras.

En esta fiesta, la música de las estrellas cayó en mis oídos desde el interior de los talleres de cerámica. Y mis ojos reflejaban los enjambres de magos migratorios.

Oh antiguo espejo de Narciso en el dolor, ¿el éxtasis me llevó hacia el reino de crecimiento? - Tal vez

Bebamos agua de la sabiduría cuando tengamos la sed de expresión.

La última tarde en esta tierra

La última tarde en esta tierra cortamos nuestros días

de nuestros arbustos y contamos los corazones que nos llevaremos

y los que dejaremos, allí. La última tarde

no nos despedimos de nada, y no encontramos tiempo para nuestro fin.

Todo permanece en su estado, el lugar renueva nuestros sueños

y a sus visitantes. De pronto no somos capaces de ironizar...

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