El cuarto valle o valle de la independencia (istigna)
"Viene después -continuó la abubilla- el valle donde no hay ni pretensión que tener ni sentido espiritual que descubrir. De esta disposición del alma a la independencia se eleva un viento frío cuya violencia devasta en un instante un inmenso espacio. Los siete océanos ya no son entonces más que un charco de agua; los siete planetas, sólo una chispa; los siete cielos, un cadáver; los siete infiernos, hielo roto. Entonces, sin que se pueda adivinar la razón, la hormiga, ¡cosa admirable!, tiene la fuerza de cien elefantes; entonces perecen cien caravanas en el espacio de tiempo que echa la corneja en llenarse el buche.