Cuento sobre el avaro
Un rico avaro tenía un hijo enfermo. Le dije con buena intención: «Sería apropiado que
recitases el Corán entero o que sacrificaras algún ganado». Tras meditar unos instantes me
respondió: «Es preferible recitar el sagrado Corán, pues el ganado lo tengo lejos». Un
hombre piadoso que le oyó dijo: «Prefiere recitar el Corán entero porque esto lo hace con
la punta de la lengua, pero el oro lo tiene en el centro de su alma»...