Salmos
Amarte o no amarte.
Me alejo, dejando tras de mí direcciones susceptibles de
perderse, y espero a los que regresan; ellos conocen
las horas de visita de mi muerte, y vienen.
Tú eres esa a la que no amo cuando te amo. Las murallas de
Babilonia se estrechan por el día, tus ojos se agrandan
y tu rostro resplandece al sol.
Es como si no hubieras nacido, no nos hubiéramos
separado y no me hubieras derribado...